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En La Comedia

Capocómica que hoy juega de local

La talentosa actriz rosarina Celeste Campos vuelve a su ciudad, tras ganar el premio Carlos con su unipersonal “Alma Live, In Corset”.


Cuando aún se recuerda su avasallante paso por el proyecto Cuatro Cuartetos dedicado al Negro Fontanarrosa de 2013, donde, escapado de El mundo ha vivido equivocado, le ponía el cuerpo (literalmente) al relato “Yo fui amante del Yeti”, en una afrancesada versión de esa inolvidable peluquera, la talentosa actriz Celeste Campos regresa a su ciudad, después de un verano marcado por aplausos y excelentes críticas, con Alma Live, In Corset, unipersonal con el que retoma un personaje que recorrió bares y boliches, pero que ahora, después de algo más de una década, se apropia de una historia, la que le dio carnadura y origen, es decir la propia. La cita imperdible con esta capocómica nata que hace algún tiempo decidió probar suerte en Buenos Aires, será esta noche, a partir de las 20, en La Comedia (Mitre y Ricardone), en el marco del ciclo “La Comedia a cielo abierto”, que comenzó el viernes y que se extenderá por todo marzo.

“Es un pequeño homenaje a aquellas mujeres que, cantando, nunca pudieron llegar a nada. Un recorrido por el cancionero popular desde una mirada muy particular: la del fracaso. Un concierto que es un desconcierto. Una auténtica baladista stand chiki chiki”, adelanta la actriz.

De este modo, en un momento de su carrera artística en el que goza del aplauso del público y del reconocimiento de la prensa especializada, tras ganar recientemente el premio Carlos a la mejor actriz de un espectáculo infantil (también estaba nominada como revelación) por su elogiado trabajo en el montaje porteño Zoo Ilógico, Campos, actriz, cantante y docente rosarina, en cuya formación artística aparecen estudios de actuación, pero también de clown y acrobacia, desanda un personaje que ya tiene su historia.

“En este espectáculo hay un solo personaje que es Alma Viva, y a diferencia de otras veces, dado que lo hago hace quince años, esta vez salgo yo a escena para presentarla a ella. Y cuando ella aparece con su show, comienza, en paralelo, a contar su recorrido musical y artístico pero también personal, desde que era una niña hasta la actualidad”, adelantó Campos.

“Alma Viva es una cantante a la que su madre llevó al programa de televisión Cantaniño hace muchos años, aunque en realidad ella no quería cantar, nunca quiso eso. Por cuestiones de la vida, a los quince años, se quedó embarazada y los padres querían vender al nene, entonces se escapó. Pero no termina ahí: el papá de su hijito se va del país y ella se junta con el abuelo del bebé”, agregó la actriz, a modo de anecdotario, acerca de esta especie de “culebrón de humor y canciones”, que cuenta ahora con puesta en escena de Jorge Scorpaniti, y cuyo estreno local, especialmente pensado para La Comedia, estará dedicado especialmente a su padre, el recordado actor, director y maestro Noberto Campos.

Después de un verano en el que además pasó por el espectáculo de Panam e incluso hizo un remplazo en la versión de José María Muscari de La casa de Bernarda Alba que se presentó en Carlos Paz, la actriz, hija también de la actriz, directora y gestora cultural Gladys Temporelli, habló de las marcas que en su vida dejó el teatro: “Me crié en un escenario, es lo único que sé hacer, es de lo único que estoy segura. Siempre digo que si esto me sale mal estoy complicada, me tengo que ir a atender un supermercado porque no sé hacer otra cosa. Me pongo a pensar, y mi vieja actuaba estando embarazada de mí. Con mi viejo (con el grupo Litoral), eran inventores de obras, se la pasaban de gira; ellos eran sus propios autores, productores y difusores; eran artistas autogestivos. Y a mi viejo, con 4 o 5 años, lo asistía en sus obras, y poco después poniendo la técnica o entrando a escena para alcanzarle alguna cosa. Y casi al mismo tiempo comencé a presenciar sus clases, porque yo fui una gran admiradora de mi viejo como pedagogo. Quizás ahora le encuentre una explicación a través de mi trabajo, pero a los 6 años yo me sentaba frente a mi viejo a ver cómo daba sus recordadas clases de Expresión Corporal en el Instituto Superior Provincial de Danzas Isabel Taboga”, rememoró. Y concluyó: “Por eso digo también que dedico este laburo a mi viejo porque fue un loco, un revolucionario que de Buenos Aires se vino a vivir a Rosario a buscar un lugar que claramente encontró, al revés de lo que hace todo el mundo; quizás por eso yo me fui de Rosario, donde tenía un lugar, a Buenos Aires, de algún modo como para cerrar aquel ciclo que abrió mi viejo con su trabajo”.

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