Región

Con mucha incertidumbre

Capitán Bermúdez: trabajadores de la ex Verbano marcharon en defensa de sus puestos laborales

Los 120 empleados de la única fábrica de porcelana del país se movilizaron desde la planta hasta la Municipalidad para que se visibilice la situación. La empresa está parada desde el 20 de marzo y buscan posibles inversores


“Queremos volver a trabajar”. Bajo esa premisa, los trabajadores de la ex Verbano de Capitán Bermúdez, marcharon este lunes desde la planta hasta la Municipalidad para preservar la única fábrica de porcelanas del país. El futuro de los 120 trabajadores es incierto, ya que la empresa está a la venta: está parada desde que se declaró la cuarentena el 20 de marzo.

Este martes, a las 11, tendrán una audiencia en la sede rosarina del Ministerio de Trabajo de la provincia, en Ovidio Lagos y San Lorenzo, para avanzar en una posible solución.

Según explicaron los trabajadores de la fábrica, en octubre del año pasado el dueño murió y su hija (la heredera) no quiere hacerse cargo. “Hace 20 años que Verbano está en manos portuguesas y la nueva titular quiere venderla. Por eso, dejó de invertir y se paró toda la producción”, advirtieron.

“Tuvimos una gran convocatoria. Además del gremio ceramista, estuvieron presentes sindicatos del cordón industrial, la CGT San Lorenzo, agrupaciones sociales, concejales, diputados y el intendente de Capitán Bermúdez, Daniel Cinalli”, contó a El Ciudadano Daniela, una de las trabajadoras.

La mujer, dijo que mientras caminaron sobre la Ruta 11 los bermudenses les demostraron apoyo y solidaridad ante la situación que están pasando: “Los vecinos aplaudían. En el acto tomó la palabra una de las trabajadoras de la planta y su mensaje llegó al corazón de todos. Pero, lamentablemente nos invade la incertidumbre”.

Y cerró: “Necesitamos volver a trabajar. Estamos esperando si hay algún comoprador o accionista. No nos importa de dónde viene. Queremos preservar nuestros puestos labotales”.

Por su parte, el intendente de Bermúdez, Daniel Cinalli, dijo a este diario que “la ex Verbano es una empresa que la queremos todos, es un emblema de producción nacional y por ese motivo nos unimos. Queremos que la empresa siga existiendo y produciendo”.

Cinalli contó que hay interesados en invertir en la fábrica de porcelana. “Son dos grupos empresarios, uno de Rosario y otro Santa Fe. Ya los puse en contacto con el estudio jurídico. Estamos bregando para que se encuentre una solución, pero no hay que olvidar que es una empresa privada y la decisión la van a tener los propietarios”, señaló. 

El intendente de Capitán Bermúdez remarcó que la pandemia agudizó la crisis de la histórica fábrica, pero desde hace más de dos años viene golpeada con la apertura de importaciones y los tarifazos, entre otras cuestiones.

“Hay que ver qué se resuelve en estos días. Tenemos la esperanza de que haya buenas noticias”, cerró el mandatario.

Los 120 empleados, por ahora, están cobrando el 50 por ciento del sueldo, proveniente del programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), lanzado por lel gobierno nacional. Por su parte, la fábrica, lo poco que va cobrando, lo va depositando en la cuenta de los empleados en cómodas cuotas.

Del esplendor al cierre

Desde 1953, la marca Verbano está instalada como sinónimo de jerarquía, calidad y buen gusto en vajilla de porcelana. Producía 12 mil unidades por día entre platos, tazas y jarrones para bares, restaurantes, hoteles y bazares.

Sus piezas vistieron las mesas de Mirtha Legrand, estuvieron en vuelo con Aerolíneas Argentinas y acompañaron las infusiones de La Virginia. Además, exportaron parte de la producción, pero el mercado interno era su fuerte.

En 1995, el grupo Faiart de Portugal adquirió las instalaciones y la marca de la ex Porcelanas Verbano. Incorporó la tecnología más avanzada para agregar valor a un producto tradicional. Los flamantes dueños sumaron diseños y reemplazaron parte del trabajo de los artesanos con tecnología.

La planta de Capitán Bermúdez cerró finalmente sus puertas y sólo quedó un pequeño local de venta de saldos. El golpe final de una saga de dificultades llegó el 20 de marzo pasado, cuando declararon la cuarentena (en su primera y más estricta fase) se bajaron las persianas.

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