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Música infantil

“Canciones en órbita”, el disco del grupo homónimo que invita a divertirse en cuarentena

Vanesa Baccelliere dialogó sobre las historias que acercan a los más chicos las maravillas de la astronomía y de las pequeñas cosas que los rodean en un gran viaje para aprender y bailar quedándose en casa, mientras el conjunto ultima detalles de una nueva producción


Foto: Andrea Rozzero

La voz de Vanesa Baccelliere embellece las canciones, su versatilidad como artista la llevó a interpretar un amplio repertorio que incluye canciones de cumbia, boleros y hasta folclore y rockabilly. En medio del freno de sus presentaciones en vivo con el grupo Girda y los del alba y el trío Agualuna, debido al distanciamiento social para contener el contagio del coronavirus, la voz de Baccelliere continúa sorprendiendo, esta vez con el relanzamiento gratuito de Canciones en órbita, un disco de ocho canciones infantiles (que se pueden escuchar aquí). El material, que fue editado por la Editorial Municipal de Rosario, mezclan entre relatos y personajes cotidianos un abanico muy divertido de ritmos para escuchar y bailar desde casa. Canciones en Órbita se dio a conocer en 2014 y tiempo después se transformó en una obra de teatro. Hoy, con un nuevo elenco, el grupo presentará en almacenes digitales la obra sucesora, Pica la Tierra, a partir del 1 de julio.

El relanzamiento de Canciones en órbita se debe a que, a seis años de su estreno, sus canciones siguen vigentes en tanto su temática educativa y porque el público se renueva, curse primero, segundo y hasta cuarto grado de la primaria. “Queremos recuperar este disco porque es un material que anduvo muy bien y aborda una temática que los chicos vuelven a disfrutar”, mencionó Baccelliere.

La génesis del disco

El 19 de junio de 1984 se inauguró el Planetario Municipal de Rosario y en 2014 tuvo lugar la celebración por su aniversario número 30. En ese marco Baccelliere fue convocada para armar un repertorio con clásicos del cancionero popular que tengan a la Luna como protagonista. Pero ella fue más allá: les propuso realizar un repertorio original, con canciones que refieran al sistema solar y cuyas historias estén pensadas para el público infantil. La idea dejó perplejos a los responsables del Complejo Astronómico y unos minutos después aceptaron. Fue así que el show se convirtió en una puesta en escena educativa en la que, desde la primera nota, el mensaje de Baccelliere fue claro: “La verdad es que la astronomía es una ciencia super alejada, emocionante por donde se la mire, pero con conceptos muy complicados. Eso, tal vez, le reste seducción, esa que si tiene el simple hecho de conocer más sobre las estrellas, los planetas y todo el sistema solar. Por eso, me interesó crear canciones en los que cada niñe que las escuche tome conciencia de que es parte de este sistema, que lo sienta propio y, por ende, lo quiera, lo respete y lo cuide”.

Foto: Andrea Rozzero

 

Luego de la presentación en El Planetario el disco salió a la luz y Canciones en órbita también se transformó en una puesta teatral que ofreció presentaciones con localidades agotadas y palmas coloradas por los aplausos finales. Con el tiempo el grupo buscó una nueva historia y de allí surgió Pica la Tierra, nuevo disco y espectáculo. Ahora, mientras vuelven a sonar las ocho canciones “En órbita”, el grupo dirigido por Natalia Zatta, con Lumila Palavecino, Magdalena Peroné y Nicolás Canzignieri está en plena etapa de ensayos de Pica la Tierra, cuyas canciones se conocerán el 1 de julio en las plataformas digitales y una vez que “todo este cuarentenal del coronavirus termine”, como dijo Baccelliere, se podrá pensar en una presentación en vivo. El nuevo espectáculo transcurre en un laboratorio en donde una doctora está obsesionada porque todo el mundo conozca el sistema solar. Ella está enamorada de sus planetas y su fiel asistente no hace otra cosa que confundirlo todo, ya que su teoría sólo suma a la fantasía y no a la ciencia. Y hay un tercer personaje, quien aporta los conceptos científicos, el problema es que se queda dormido a cada rato así que los diálogos con él no pueden ser muy fluidos. Pero hay que esperar para conocerlos un poco más.

Ocho ideas con personajes reales

Canciones en Órbita tiene ocho historias que describen con palabras simples y personajes tiernos y reales el día a día de un chico, ése fue el leiv motiv de su creadora. Al salir de aquella reunión en el Complejo Astronómico, en 2014, se puso a pensar qué es lo que más le importaba transmitir a los más chicos. “Esta es mi casa, ¿qué puedo sumar? Soy parte de esta maravilla y entonces pensé en lo importante que es que un niñe sienta que pertenece a algo muy grande, importante. Por eso, en la canción «Que vuelva el sol» pensás en ese señor gordito que en algunas estaciones se aleja y hace frío, o se acerca y hace calor, eso hace que un niñe se sienta protagonista de la historia”, describió.

También se habla de lo hermoso que es vivir, o mejor dicho: convivir con las diferencias. La “Canción de las diferencias” describe paisajes que rodean a los chicos del país con montañas, flores y hasta nubes de tamaño y colores variados.

Una más emotiva es la letra de “Linterna sin fin”, en la que su autora habla, en una canción de cuna, de las “estrellitas que brillan y que tal vez en cada una haya un ser querido”. “La idea con esta canción es poder acompañar a esa personita que extraña mucho a alguien y que lo pueda sentir cerca viendo esas lucecitas. Esa letra apela a desarmar la tristeza o a cómo armar la alegría”, dijo la cantautora. Y agregó: “Creo que en todas las historias tristes de fondo se terminan disfrutando con una sonrisa. Mañana va a estar bien. Porque vemos que el cielo de noche es oscuro, pero si vemos bien siempre se prende una lucecita y eso nos da esperanzas. No hay que olvidar que los niñes la pasan mal con las ausencias, con las diferencias y pasan momentos y períodos de angustia y necesitan sentir y decir qué les pasa y saber que la tristeza tiene un fin, porque en algún momento esa lucecita se enciende y las cosas comienzan a estar mejor”.

En los últimos días el grupo compartió en sus redes sociales los acordes de “La cumbia de la Luna enamorada”, para practicar desde casa.


Cuecas, marchas, chamarritas, rock, música latina y hasta notas de la música litoraleña van sonando en cada una de las canciones con las que Baccelliere juega, porque quien la haya visto en vivo sabe que antes de cantar, ella juega. “Totalmente, jugar es fundamental, lo que tiene de bueno el juego es que si bien te marca las reglas dentro de esas reglas, lo creativo es lo más posible. Uno dice que las reglas limitan, y si, limitan, pero también potencian dentro de una estructura lo que se puede hacer. Y la música, con sus ritmos, que hay tantos, con el público, con las historias que existen y las que puedan surgir, te dan tantas pero tantas posibilidades de jugar y divertirte que no las podemos desaprovechar. Por eso volvemos a publicar este disco, porque a pesar de que nos tengamos que quedar en casa podemos bailar como si cada día fuera una fiesta”, subrayó.

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