El 28 de agosto de 2022, en el marco de 29 allanamientos ordenados por la Justicia federal, en un galpón de Génova al 2400, en barrio Empalme Graneros, encontraron 1.658 kilos de cocaína fraccionados en 1.535 panes ocultos en 19 bolsones de 1.250 kilos de alimento balanceado. La investigación determinó que la droga iba a ser enviada a España y de ahí a Dubai. A principios de diciembre el mismo año, Interpol detuvo en los Emiratos Árabes al colombiano Gabriel Jaime Londoño Rojas, señalado como uno de los líderes de la banda internacional que planeaba grandes envíos de estupefacientes a Europa y Asia a través del Puerto de Rosario. Y este jueves, en Madrid, fue apresado otro integrante, Álvaro Antonio Ramírez Duque, de la misma nacionalidad que el anterior.
Londoño Rojas y Ramírez Duque tenían órdenes de captura internacional solicitadas en septiembre del año pasado por el juez federal de Campana Adrián González Charvay.
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Logística de un “guardia vieja”
El mega operativo desplegado en Rosario que dio con la más de tonelada y media de cocaína incluyó la detención de 12 personas. Una de ellas, sospechada de ser ideóloga de la maniobra como pata local del cártel colombiano, al que aportaba logística y asesoramiento en la Argentina.
Se trata de José Damián Sofía, apodado “Tano” y mencionado en otras causas por narcotráfico en Buenos Aires. Uno de la “guardia vieja”, lo calificaron agentes antinarcóticos. También lo investigaban por amenazas contra la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado para que libere a uno de sus socios en los negocios criminales, Gustavo Sancho. Y lo tenían además por vínculos con el grupo criminal liderado por Bozidar “Bozo” Ratkovic, jefe regional del conocido como cártel de los Balcanes.
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La investigación de la banda había arrancado en junio de 2021, pero se reactivó en abril del año siguiente. La hipótesis es que el grupo planeaba exportar la cocaína a España a través de una empresa formada un año antes. La droga iría a Europa camuflada en cargamentos de alimento balanceado a base de maíz que fabricaba una cerealera cercana a Bahía Blanca, que tiene un depósito de grandes dimensiones en la ciudad cordobesa de Villa María.
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La cocaína estaba empaquetada con logos de la marca de moda vip Louis Vuitton. La certeza es que procedía de Colombia y que fue ingresada al país por alguna provincia del norte. La duda es cómo llegó a Rosario, si por vía terrestre o aérea.
La Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la Aduana manejaron la hipótesis de que el cargamento de 1658 kilos de cocaína secuestrado en Empalme Graneros era parte de una saga de envíos que incluyen los 1434 kilos que salieron de la terminal TPR del puerto de Rosario –concesionada al consorcio que integran VIcentin y la chilena Ultramar– con destino Rotterdam, en ese caso. Esas “exportaciones” fueron incautadas en Santos, Brasil, y en los Países Bajos.
El otro colombiano detenido en noviembre último contaba con un pasaporte venezolano. Luego de los allanamientos en Rosario, se movió por varios países de la región. Bolivia informó que había viajado desde esa Nación a Madrid con otro de los acusados en el expediente. Y a partir de un rastreo, lo detuvieron en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
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Sofisticados, tentados por el puerto rosarino y la hidrovía
Otro integrante del grupo que permanece prófugo es Newson Cheung Sabogal. La Justicia calificó a la pata local de la banda, cuyo referentes era el “Tano” Sofía, “poseía una sofisticada estructura delictiva integrada por distintos sujetos, así como también los conocimientos y medios financieros, logísticos y comerciales necesarios para el envío de los narcóticos desde la Argentina al viejo continente disimulando una operación legal de comercio exterior”.
Un dato clave para desbaratar la operación lo aportó la Drug Enforcement Administration (DEA) al Juzgado de
Charvay: la llegada de Londoño Rojas a la Argentina en mayo de 2022, que sólo podía explicarse por “la intención de contactar personas asociadas a sus actividades ilícitas, relacionadas con el tráfico internacional de estupefacientes”.
Además de la droga incutada en el galpón de Empalme Graneros, se secuestraron 54 paquetes disimulados en el doble fondo de una camioneta Lifan estacionada frente al domicilio y otros 132 ladrillos, con peso total de 143 kilos, en otro depósito de Cerrito 17.
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Pepe Cereales
De acuerdo a la investigación, el grupo hizo un envío previo a España antes de que se detectara la maniobra con los 1.600 kilos de cocaína, para “preparar el terreno”. La empresa que iba a figurar en los envíos desde el puerto de Rosario es “Pepe Cereales SA”.
La firma es del empresario bonaerense de 70 años Hugo Pérez, conocido en el rubro agrícola y que dos años antes se había radicado con su esposa, hijos y nietos en Santiago del Estero.
El hombre fue uno de los detenidos tras el megaoperativo de agosto del año pasado. En su cas, secuestraron documentación y computadoras.
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