Franco Trillini
Parece mentira que en pleno siglo XXI sigan ocurriendo cosas así. Pero pasan. Acá y en “el primer mundo”. En todos lados. Un episodio tan triste como repudiable. El racismo, una de las actitudes más despreciables del ser humano, se hizo presente nuevamente dentro de una cancha de fútbol. Y como no podía ser de otra manera, la historia no terminó bien.
Pasó en Ucrania. Taison, un futbolista brasileño del Shakhtar Donetsk, recibió insultos de parte de los hinchas del Dynamo Kiev, el elenco visitante, quienes imitaban el sonido de un simio cada vez que el sudamericano tocaba la pelota. Y harto de tanta saña, Taison terminó explotando.
Primero, el ex Inter de Porto Alegre reaccionó tirando un pelotazo hacia la tribuna de y acto seguido les hizo el reconocido gesto de “fuck you” con el dedo índice extendido. El tema es que el referí Nikolay Balakin lo expulsó, en una decisión irreprochable desde lo reglamentario, aunque bastante polémica dado el contexto, ya que en primera instancia el juez debería haber parado el encuentro mucho antes debido a las reiteradas burlas racistas que bajaban desde la tribuna visitante.
El partido estuvo demorado durante diez minutos hasta que continuó. Tiempo en el cual Taison, quien al principio no podía entender por qué le habían sacado la tarjeta roja, dejó la cancha llorando desconsoladamente, mientras algunos futbolistas del Dynamo lo apoyaban y trataban de darle contención. Y no fue el único que terminó bañado en lágrimas: Dentinho, otro brasileño compañero de Taison, también estalló de bronca e indignación contra los hinchas que profirieron los insultos racistas.
“En estos momentos quiero apoyar absolutamente a todos los que sufren el racismo y a los chicos que lo sufrieron hoy. Cualquier muestra de racismo es absolutamente inaceptable. Es y será una vergüenza para todos”, declaró el técnico portugués Luis Castro del Shakhtar, actual campeón del fútbol ucraniano, que emitió un comunicado para mostrar su “oposición categórica a cualquier manifestación y forma de racismo, discriminación racial, xenofobia y cualquier acto intolerante”.
El partido finalmente acabó 1-0 con victoria del Shakhtar gracias al gol de Sergey Kryvtsov en la primera parte, aunque eso es lo de menos. Por más trillado y cliché que suene, en realidad perdieron todos. Cada vez que algo así pasa dentro de una cancha de fútbol, perdemos todos. Y este episodio que tuvo al brasileño Taison como protagonista fue apenas uno más en la ola de racismo que se mantiene firme en Europa y en todo el mundo.
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