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Explotó en 1986

Buzos de History Channel hallaron restos del transbordador Challenger en el Triángulo de las Bermudas

Fue de casualidad, en los trabajos para un documental y tras los rastros de embarcaciones desaparecidas durante la Segunda Guerra Mundial cerca de Florida. Se trata de una de las piezas más grandes recuperadas de la nave destruida a segundos de su lanzamiento con siete tripulantes


Los buzos de un equipo de documentalistas que buscaban los restos de un avión de la Segunda Guerra Mundial cerca de la costa de Florida, Estados Unidos, encontraron una sección grande del emblemático transbordador espacial Challenger, que fue uno de los mayores fracasos de la Nasa porque explotó a segundos de lanzamiento en 1986 causando la muerte de sus siete tripulantes. El pedazo está parcialmente enterrado, pero sobresale del lecho marino unos 4,5 metros.

Los buzos se pusieron en contacto con la Agencia Espacial Estadounidense (Nasa) tras detectar un objeto grande y claramente moderno cubierto en su mayor parte de arena en el fondo del océano, que tenía inscripciones idénticas a las del transbordador.

“Este descubrimiento nos da la oportunidad de hacer una pausa una vez más, para elevar los legados de los siete pioneros que perdimos y reflexionar sobre cómo nos cambió esta tragedia”, dijo el administrador de la Nasa, Bill Nelson, en un comunicado difundido este jueves.

Los buzos estaban explorando el fondo del mar frente a Florida a principios de este año como parte de un documental de History Channel llamado “El Triángulo de las Bermudas: en aguas malditas” sobre la franja del Océano Atlántico sujeta a mitos que rodean la supuesta desaparición sobrenatural de aviones y barcos.

Estaban buscando los restos de un avión de rescate PBM Martin Mariner, que desapareció el 5 de diciembre de 1945, y cinco torpederos de la Marina estadounidense a los que también se les había perdido el rastro ese día.

El explorador submarino y biólogo marino Mike Barnette y el buzo de naufragios Jimmy Gadomski exploraban el lecho cuando se toparon con parte del transbordador, la mayor encontrada hasta el momento.

Nelson, desde la Nasa, dijo que la Agencia estudiará si encara la recuperación de los restos y bajo “qué acciones adicionales” para “honrar adecuadamente el legado de los astronautas caídos del Challenger y las familias que los amaban”.

La Nasa estima que recuperó poco menos de la mitad de los escombros del Challenger, que pesaba unas 118 toneladas. La mayor parte de los restos hallados se encuentra en silos cerrados dentro de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, según la agencia AP. Otros varios fragmentos están en exhibición permanente en el Centro Espacial Kennedy.

“Al revisar las imágenes que proporcionó el equipo, podemos ver una sección de aproximadamente 15 por 15 pies (4,5 por 4,5 metros). Sin embargo, notamos que el elemento se extiende más profundamente en la arena, por lo que es difícil determinar de inmediato el tamaño real, pero estoy bastante seguro de que es una de las piezas más grandes jamás encontradas del Challenger”, dijo Mike Cianelli, gerente del programa Apollo, Challenger y Columbia Lessons Learned Program de la Nasa en un comunicado en video publicado por la Agencia.

 

Una tragedia en medio de la carrera espacial

El Challenger estalló apenas 73 segundos después de despegar del Centro Espacial Kennedy el 28 de enero de 1986. Los siete miembros de la tripulación murieron, incluida la maestra de escuela Christa McAuliffe.

Investigaciones posteriores atribuyeron el siniestro a los sellos de junta tórica –o’ring– que eran parte de un propulsor de combustible sólido, que se degradaron por las temperaturas inusualmente frías a las que estuvieron expuestos esa jornada. Algunos técnicos habían advertido sobre la formación de hielo en partes del cohete lanzador, pero los responsables del lanzamiento desoyeron el aviso. Así, se produjeron grietas por la presión, un escape de gas que perforó el depósito principal, lo envolvió en llamas y derivó en la explosión.

Además de la docente McAuliffe, quien participaba en un nuevo programa educativo de la Nasa, estaban en el Challenger los astronautas Michael Smith, Dick Scobee, Judith Resnik, Ronald McNair, Ellison Onizuka y Gregory Jarvin.

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