Cultura

Lectura refrescante

“Busco similar”, una grata sorpresa de narrativa criolla

Una especie de postal de una Buenos Aires que ya no existe puede "verse" y leerse en un libro que aborda sin rodeos, con inusitada frescura y a través de relatos orales, las relaciones sentimentales entre hombres de una época no muy lejana de la que, sin embargo, quedan pocas huellas


“Todo es verdad pero nada es exacto”, reza el epígrafe que abre libro Busco similar de Nicolás Artusi.

La frase recuerda al escritor belga Georges Simenon, en referencia a su novela Pedigrí, lo cual representa un hallazgo.

Es que el contenido de la expresión oficia de disparador y ejerce una fuerte atracción para el lector; no sólo por el enunciado en sí mismo, sino, y fundamentalmente, por lo que propone: recuerdos, recorridos, experiencias, hacer memoria, con un componente por demás atractivo: los relatos orales.

En ese derrotero y con esa premisa, Artusi nos cuenta una historia. O mejor, en primera persona y a través su cuasi alter ego Gastón, nos relata cómo era Buenos Aires en los años 90, cuando un hombre “busca similar”.

Sin rodeos, surge el veinteañero Gastón y su conexión instantánea con Javier, en el marco de una amistad genuina; nos sumergimos en experiencias nocturnas, en lugares que materializan la cultura popular y la ligazón con la cultura gay de la época.

Hay reflexiones, libros, escritura, cine y la memoria, claro está.

Y el resultado es una pintura muy fresca de una época, de un aquí y ahora bien definido. Con todo lo que ello implica.

Casi en clave de historia de vida, Gastón y Javier, repasan, recorren y por momentos desmenuzan fenómenos como el plan de convertibilidad de la década del 90, la práctica periodística, los consumos culturales, y entre ellos, la farándula.

Citas emblemáticas del cine criollo refieren a la película Esperando la Carroza y hasta Hugo del Carril y también a clásicos como Después de hora, de Martin Scorsese, todo lo cual le da color y movimiento a la historia.

Además, hay libros y lecturas de los libros. Escrituras que disparan esos textos. Reflexiones que promueven esas escrituras. Un verdadero circulo virtuoso donde todo aquello vinculado a la cultura se retroalimenta.

Así, conviven sin conflictos Ulises de James Joyce, la escritora y periodista María Moreno, y los libros Los últimos homosexuales de Ernesto Meccia y Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar.

Y si hay textos y escrituras, hay debates. ¿Cuándo y cómo fue que la sociedad modificó su mirada y definió a los amores entre hombres, primero como homosexuales y después como gay? ¿Conviven hoy estas miradas? ¿Cuándo homosexual es aplicado como adjetivo y cuándo como sustantivo?

Nada de esta historia y las historias secundarias que subyacen podrían existir, al menos en nuestra cultura, sin bares.

Bares, restaurantes y geografías. Pasado y presente. De ayer y de hoy. Así desfilan, Edelweiss (“Un lugar para mirar y ser mirado”), Pippo, Chiquilín, Los años locos, Los Inmortales, Bunker, Contramano.

La relación entre Gastón y Javier, se nutre de una química especial y única, nos transportan a un época relativamente reciente (algo más de 30 años atrás), que sin embargo, es obvio, presenta notorios contrastes con la actualidad.

Uno de esos aspectos es la comunicación, no sólo la interpersonal, que es interesante repasar, sino la comunicación con el “afuera”.
Repasemos: una época sin redes sociales, donde los celulares aún no eran masivos y los dispositivos eran costosos y toscos, e incluso internet no era, ni por asomo, lo que hoy conocemos.

¿Y entonces?

Otro hallazgo: los contacto, para buscar “similar”, se realizaban por intermedio de revistas “para adultos”. Los interesados enviaban cartas (¿perdimos el hábito epistolar?) por correo a una casilla. Allí, alguien las recogía y, tras clasificarlas, establecía los contactos pertinentes. Una vez concretados, para bien o para mal, la revista, como era previsible, se retiraba del circuito. Había cumplido su rol: ser nexo.

¿Cuántos, se pregunta Artusi, encuentros o desencuentros se habrán producido producto del azar? ¿O del error por omisión? Un misterio sin respuesta. Un misterio sin mayor trascendencia, a no ser porque pinta, con una simpleza que abruma, el contexto de época.

Como sea, Artusi, en su primera novela, logra construir un fresco de un pasado reciente tan ameno como interesante.

Con todo, no es primer texto del autor, publicó Café, de Etiopía a Starbucks, la historia secreta de la bebida más amada y más odiada del mundo; Cuatro comidas, breve historia universal del desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena y Manual del Café, guía definitiva para comprar, preparar y tomar, todos editados por Planeta; y fue distinguido como Personalidad Destacada de la Cultura porteña.

Además, es sommelier de café y conductor de radio y tevé, también organiza clubes de lectura.

Busco similar es una historia refrescante, tan refrescante como la escritura de su autor.

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