Al no disputarse el Campeonato Argentino de Uniones, los torneos domésticos tienen un poco más de margen para la elección del formato de disputa. La dirigencia del Litoral parece haber recobrado la memoria, pero sólo en parte, ya que vuelve a fortalecer la primera división con una fase de clasificación de todos contra todos, un formato que en 2016 dejó un buen recuerdo. Y que pasen a la zona Campeonato ocho equipos es un buen número.
Pero la gran deuda está en la composición de la segunda división. Hay solo seis equipos, que juegan diez partidos para un ordenamiento, hecho que es una ventaja sobre los equipos de primera que jugarán la reclasificación, ya que no es lo mismo jugar por ver en qué lugar quedan, a jugar con la presión de poder clasificar y además enfrentando a los mejores equipos del Regional.
La lógica indica que se debe aumentar el número de equipos en el ascenso o se debe achicar en primera. La decisión salomónica sería sumar dos o cuatro equipos en el ascenso, los cuales deberían cumplir con los requisitos de contar con los tres equipos del plantel superior y con todas las juveniles.
El único equipo que pudo salir del ascenso y consolidarse en primera fue Old Resian. Al resto le ha costado mucho poder afirmarse en primera. Por ese motivo, además de mejorar la competencia en el máximo nivel, sería importante mejorar el ascenso y así tener un éxito total.