Ciudad

terapia intensiva en el sanatorio Buenos Ayres

Buscan un patrón que les pague


Todo lo que toca Pami se vuelve problema en Rosario. Desde hace semanas el sanatorio Buenos Ayres, que recibía a jubilados en el centro de salud de Pellegrini al 1300, no tiene médicos que atiendan o insumos. Sólo unos 70 empleados, entre enfermeros, administrativos y de mantenimiento que cuidan el quirófano, sala de rayos y laboratorios de análisis. Los médicos, unos 30, se pidieron licencias. Hace cuatro meses ningún trabajador cobra el sueldo. Menos el aguinaldo.

Ayer en una audiencia en el Ministerio de Trabajo los gerenciadores dijeron que no pueden pagar la deuda. Esperan que aparezca algún interesado que tome las riendas. Pusieron un límite: si no hay interesados cierran en 20 días. Hoy a las 13 los trabajadores se concentrarán en Pellegrini al 1300 para pedir la intervención de las autoridades provinciales.

Sin atención

“El panorama es muy negro. Nos dijeron que no hay plata y que si no aparece un oferente para el 31 de este mes, el sanatorio cierra”, dijo a El Ciudadano una de las trabajadoras del Buenos Ayres. Es licenciada en enfermería y trabaja en la clínica desde hace 7 años. Junto con otros 71 compañeros siguen yendo a trabajar todos los días. No hay médicos ni pacientes. Los empleados tienen más de 50 años y mucha antigüedad en los puestos.

Los problemas del sanatorio incluyen la caída de convenios para atender a afiliados de la obra social de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y Pami. Se fueron porque las prestaciones se cayeron, algo “crónico” en el caso de la obra social de los jubilados.

En junio el sanatorio no pudo atender a 26 pacientes que Pami derivó porque no había camas en centros de salud conveniados.

La semana pasada Pami adelantó que iban a “mandarles” unas 5 mil personas que atender cuando el año pasado giraba dinero para 12 mil afiliados.

Mala administración

En noviembre un grupo de diez médicos y enfermeros se hizo cargo del sanatorio a través de una sociedad de responsabilidad limitada, una SRL. La firma alquila el inmueble a la Cooperativa Argentina de Medicina Integral (Cami). Desde diciembre no paga la renta. En febrero, después de la muerte del médico que encabezaba la SRL, la gerencia quedó en manos de dos socias: una enfermera y una técnica radióloga. Trabajan en el sanatorio hace 30 años.

Los números en el balance económico no les cierran. Buscaron salvarse con un crédito, pero no consiguieron los avales.

“En mayo pasado cambió el sistema de pago de Pami. Antes facturaba por prestaciones. Ahora paga un canon por cada jubilado. Eso implica que con un solo monto hay que brindar todas las prestaciones y a veces el dinero no alcanza”, dijo a El Ciudadano Gustavo Martino, de la Asociación Trabajadores de la Sanidad.

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