Ciudad

Crecida del río

Buscan salvar fauna silvestre

Ante la llegada forzosa de animales a la costa de la ciudad por las inundaciones en los campos y la crecida del Paraná, Municipalidad y provincia pusieron en marcha un operativo de contingencia para protegerlos de personas y mascotas.


Ante la aparición de numerosos coipos (llamados vulgarmente nutrias) y otros animales silvestres en la costa de la ciudad por la inundación de los campos y la crecida del Paraná y de todos los ríos, arroyos y lagunas de la región, la Municipalidad y la provincia pusieron en marcha un plan de contingencia a partir de acciones mancomunadas, para proteger a estos animales hasta que puedan ser llevados nuevamente a su hábitat natural. La reunión se realizó anteayer en oficinas de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y participaron miembros de la Secretaría de Medio Ambiente de Santa Fe, la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana y la Secretaría de Ambiente y Espacios Públicos de Rosario. A esas áreas también se sumó la colaboración de la Prefectura Naval. Sólo en esta semana lograron rescatar más de 200 coipos, que fueron puestos a salvo,

Entre las consecuencias que trajo aparejadas la crecida del río Paraná, se encuentra el desplazamiento de animales silvestres de sus hábitat naturales, ya reducidos en los últimos años por desmontes y explotación rural de islas y campos costeros. Y a ello se sumaron las lluvias y el anegamiento buena parte de la provincia, lo que provocó desplazamiento de mamíferos, reptiles y aves. Víboras, hurones, zorros y hasta un halcón aparecieron en las costas de la ciudad –también un yacaré muerto en La Florida y un cerdo en el macrocentro–  pero la mayoría son coipos, que llegan en gran número al límite o a zonas urbanas, donde quedan expuestos a ataques de perros o gatos, a ser atropellados por vehículos o a ser muertos directamente por personas. Ante ello, distintas áreas de la Provincia y de la Municipalidad comenzaron a trabajar conjuntamente sobre el fenómeno, que según estiman seguirá ocurriendo hasta que  bajen las aguas.

Los ejemplares fueron trasladados al que está en la cabecera del puente Rosario-Victoria, donde desde hace cinco años funciona un centro transitorio de rescate de animales que depende de la subsecretaría de Recursos Naturales de la provincia.

Previo a ello se acordó el protocolo, que incluye una serie de recomendaciones e información para difundir entre los vecinos de Rosario y la región. Un pedido a los vecinos es que, en caso de ver un coipo en un espacio público cercano al río, no tocarlos ni molestarlos, evitar que se acerquen perros y otras mascotas domésticas. Si el encuentro se produce en zonas urbanas, tanto en la calle como en el interior de viviendas, tomar distancia y llamar al 103, que corresponde a Defensa Civil. Estos animales fuera de su entorno suelen pasar por una situación de estrés y pueden reaccionar de mala manera, incluso con una mordedura si se sienten amenazados.

También recordaron que la caza de estos ejemplares está prohibida por ley provincial, que no deben ser adoptados como mascotas y que tampoco deben ser utilizados para comer, ya que muchos de ellos llegan en mal estado de salud.

“Con la crecida del río los coipos pierden las madrigueras y los lugares secos donde pueden hacer su vida en tierra que es donde desarrollan la mayor parte del día. Cuando las plantas quedan cubiertas por la inundación, estos animales se quedan sin comida y se lanzan al río para buscarla. Por eso llegaron a Rosario, a tierra firme, donde pueden obtener el alimento. Cuando baje el nivel del río habrá que esperar que seque la tierra, crezca la vegetación y recién allí devolver a estos animales a su vida habitual en la isla”, explicó Guillermo Pérez Jimeno, veterinario de la Municipalidad.

Y agregó: “A los zorros y a los hurones se los reubicaron en zonas altas y áreas protegidas. A los coipos se les brinda atención médica y alimento. Es decir, se les hicieron corrales y se los está sustentando con calabazas, zanahorias y cereales para que puedan recuperarse más rápido. En mi casa tengo un ejemplar de aproximadamente un mes de vida. Lo alimento con leche mediante una jeringa, cada tres o cuatro horas”, contó el veterinario de la municipalidad.

Pérez Jimeno, detalló que este tipo de ejemplares no son agresivos, pero si muerden, pueden dejar heridas de gravedad.

“Estos bichos tienen dientes que son como dagas, tienen cuatro incisivos y cuatro molares poderosos y dos premolares superiores e inferiores. Lastiman pero no transmiten patologías por la mordida”, subrayó el médico veterinario.

Asimismo la suba del nivel de las napas altera la vida normal de algunos animales residentes como las cucarachas, hormigas y arácnidos como los alacranes. Colocar telas metálicas o plásticas de tipo mosquitero en las rejillas de la casa es una medida de prevención efectiva.

En caso de alguna picadura o mordedura, concurrir al centro asistencial más cercano. El Hospital de Niños Víctor J. Vilela y el Hospital Provincial, cuentan con suero antiofídico para actuar en casos de emergencia por una mordedura de serpiente.

Otros casos

Tras la crecida del río Paraná, no sólo aparecieron coipos, zorros y hurones. En enero pasado, aparecieron dos chanchos caminando en plena calle: uno de ellos caminaba por Catamarca rumbo al oeste, desorientado y deshidratado, hasta que terminó acorralado y enlazado con una soga por un grupo de taxistas, que lo entregaron a Defensa Civil. Dos días antes, apareció otro ejemplar en el parque Urquiza, también en plena calle. Hay más: en el mismo mes de enero, entregaron un armadillo a la delegación de Fauna y también apareció una víbora muerta en un refugio de una parada de colectivos, de bajada Puccio y Costanera. La semana pasada, apareció un yacaré en la Rambla Catalunya, que había sido traído a la costa por un joven que practicaba kitsurfing cuando lo vio pasar flotando, dado vuelta.

Comentarios