Ciudad

Buscan evitar obras en una línea de alta tensión

Vecinos de los barrios San Eduardo y Aldea sostienen que, pese a las restricciones, trabajan en las torres.

Un importante grupo de vecinos de la zona noroeste de la ciudad renovó su repudio a la instalación de una torre de alta tensión eléctrica entre los barrios Aldea y San Eduardo, cerca del Aeropuerto Islas Malvinas. Las columnas y el tendido de cables se emplazarían cerca de un jardín de infantes y un colegio primario, por lo que temen repercusiones en la salud de los niños. Denuncian que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) no respeta las resoluciones del Concejo Municipal y la Cámara de Diputados de Santa Fe, que desde el año pasado promovieron el cese de actividades hasta conseguir un acuerdo con los vecinos.

Vecinos de los barrios San Eduardo y Aldea, en la zona noroeste de la ciudad, se reunieron ayer antes del mediodía en las inmediaciones de Albert Schweitzer al 8900 para protestar frente a los trabajos de instalación de torres de alta tensión de la EPE. Según informaron los vecinos, la empresa quiere trasladar las torres que están ubicadas en avenida Real, frente a otro country, a unas cuatro cuadras de donde se hizo la protesta.

Desde noviembre, este grupo de vecinos buscan impedir que los trabajos de traslado se materialicen temiendo consecuencias en los habitantes de la zona. “Yo tengo una beba de 10 meses y me da miedo las consecuencias que puede tener en su salud”, expresó Sofía, vecina del barrio, en diálogo con El Ciudadano.

De acuerdo con la denuncia de la vecina, desde principios de diciembre los contratistas enviados por la EPE –no identificados ni uniformados– vienen haciendo pozos que taparon después de que los vecinos protestaran, en algunos casos con la Policía como mediador. Ahora un grupo de abogados inició una demanda judicial.

Según los manifestantes, sobre calle Schweitzer funcionan los colegios Los Senderos y Los Mirasoles, que entre jardines de infantes y escuela de mujeres, suman mil alumnos. “Estos lugares se hicieron contando con que los cables no pasaban por ahí. El crecimiento del barrio se dio a una traza distinta, que se debe respetar, por la salud de los chicos”, reflexionó Sofía.

En junio del año pasado, el Concejo Municipal aprobó un pedido de actuaciones de la empresa prestataria del servicio eléctrico en torno al polémico traslado. La iniciativa, que consiguió rápidamente quórum, llegó a instancia legislativa tras la presentación de 300 firmas de los vecinos de barrio Aldea y San Eduardo.

Además de las resoluciones del Concejo y la Cámara de Diputados, que ambas apuntan al cese de actividades hasta lograr el consenso con los vecinos del barrio, Miguel de Castillo, esposo de Sofía, señaló que el intendente de la ciudad, Miguel Lifschitz, elaboró una nota aprobando el proyecto aunque con la misma restricción.

“Claramente el barrio no quiere esta obra. La EPE actúa en forma de atropello”, ratificó Del Castillo, que como abogado actúa para evitar el emplazamiento de las torres de alta tensión. Según detallaron, la empresa de servicio santafesina ya trató en 2001 de mover las columnas, en esa oportunidad hacia la calle Jorge Newbery, donde aún se mantienen las construcciones aunque sin cables. “Recuerdo que los vecinos se movilizaron y un hombre hasta se encadenó a las torres hasta que el entonces intendente Hermes Binner suspendió las obras. Nueve años después reaparece la historia”, narró Del Castillo.

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