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Buenos Aires y su sueño como capital

El Salón du Livre de París quedó inaugurado el jueves con Mauricio Macri.

El corte de cintas fue sólo simbólico, porque no hubo cintas pero sí un “Café Argentino” que circunda al stand de la ciudad de Buenos Aires en el Salon du Livre 2011 de París, inaugurado anteayer por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, el ministro de Cultura Hernán Lombardi, y visitado en rondas sucesivas por Xavier Darcos, presidente del Institut Français y ex ministro de Educación; Jack Lang, ex superministro de la Cultura en tiempos de François Mitterrand, y el actual (y sobrino de aquel presidente) Frederic Mitterrand (todos ellos recibieron, de manos de las autoridades, libros representativos de alguna tradición criolla).

Quino, Andrés Neuman (el autor de El viajero del siglo), Juan José Sebrelli, Elsa Osorio, María Kodama, Pablo de Santis, Alicia Dujovne Ortiz, Alan Pauls y, entre otros, el bandoneonista Juan José Mosalini, fueron las primeras figuras de la cultura porteña en acercarse al stand de la ciudad que, en esta edición, reviste la categoría de “huésped de honor”, es decir, un lugar equivalente al que el año pasado tuvo el país (y no la ciudad, porque también la cultura está partida) en la Feria de Frankfurt.

Lombardi, que acababa de llegar desde Granada, donde inauguró el Festival de Tango que se realiza en esa ciudad, explicó a este diario cómo se llegó a esta condición, ya que los “homenajeados” de esta edición son los países nórdicos: “El año pasado, estábamos organizando lo que será el Tandem entre París y Buenos Aires, que anunciaremos oficialmente la semana próxima. A mí se me ocurrió que, ya que el Salon du Livre estaba tan cerca en el calendario, podría aprovecharse la oportunidad para lanzar también Buenos Aires, capital del libro 2011, la categoría que la Unesco concede año tras año a una ciudad diferente, y así se hizo”, sostuvo.

Los beneficios, asegura, son recíprocos: “Para Buenos Aires, porque París potencia la difusión de las letras argentinas a través de la Feria, y no sólo de ella. Las traducciones de autores nacionales tienen más visibilidad en estos días, y el efecto puede ser residual. Hay que ver, por ejemplo, la actividad que viene desarrollando la única librería especializada en español en París, la Librairie Salon du Livre, que está en el Barrio Latino. Y, para los organizadores de la Feria, con la invitación que nos han hecho, han lanzado, desde este año, la categoría que antes no tenían, y que es la de “huésped de honor”.

A lo largo de la semana próxima París reeditará, en escala a la medida de una feria más nacional, lo que se vivió el año pasado en Frankfurt: ponencias, debates, homenajes (Borges, desde ya, de quien este año se conmemoran los 25 años de su muerte), y milongas tangueras, como la que a las nueve y treinta de la noche del jueves comenzaba a instalarse en el “Café Argentino” del Salon, distrayendo naturalmente la atención de los visitantes en el resto de los stands.

El Salon du Livre busca una vez este año asentar su lugar en el competitivo paisaje de las ferias del libro del mundo, casi a la manera de los festivales de cine: además de la razón puramente cultural, ese lugar se define por el volumen de negocios que pueda concitar, generar y ayudar a prosperar una feria. En el ranking internacional, sin duda la feria de Frankfurt es la líder, seguida por la cada vez más ascendente feria de Londres y la de Guadalajara.

Hace ya un par de ediciones que el Salon se mudó del clásico Grand Palais al actual predio en la Porte de Versailles, donde la superficie total es de 15.000 m2 contra los 5.000 anteriores. París, el año pasado, replanteó una estrategia que consiste no sólo en los temas de “caja chica” (el valor de los stands, ya que expositores históricos, como Hachette, decidieron reducir el espacio que ocupan habitualmente en el Salon), sino también en profundizar la internacionalización y el progresivo desarrollo de su sector “Pro”, es decir, el lugar para agentes y negociadores de derechos editoriales. El International Rights Centre y el pabellón especializado en tecnologías digitales “Lectures de dem@in” (Lecturas del mañana) fueron incorporadas en la edición del año pasado.

En el segundo sentido, la mayor apertura al mundo benefició a nuestro país con esta celebración de “Buenos Aires, capital mundial del libro 2011”, pese a que los países homenajeados en esta edición sean los nórdicos Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, incluyendo a Islandia (que este año tendrá un homenaje doble, ya que también será huésped de honor en Frankfurt).

El Salon tiene este año como núcleos temáticos el Suspenso-Novela Policial y Thriller, cuya vertiente “noir” caracterizó durante décadas la cultura popular francesa, y que se intenta reavivar. Hay un stand especial en el centro de la feria, de color negro naturalmente, que será acompañado por la proyección de clásicos del género, presentaciones de los últimos “polars” (como denominan en Francia a la novela policial), conferencias y charlas.

La Francia de “outre-mer”, es decir, del otro lado del mar, es otro de los núcleos, y a través de él se buscará reagrupar a la cultura francófona en el mundo, desde las letras de la Canadá francesa a las de otros países con la huella del antiguo dominio colonial.

Finalmente, la “Literatura serial” reunirá toda clase de ponencias, desde literarias hasta comerciales, acerca del fenómeno de las secuelas de libros exitosos, con especial hincapié en el fenómeno de Millenium para la novela policial o de Crepúsculo para la adolescente. Los mangas, animación japonesa, también entrarán en este sector temático.

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