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Brodsky: “Nunca habrá otro Olmedo”

Lo dijo Adriana Brodsky, quien llegó a Rosario para promocionar “Big Bang Show”, la obra que protagoniza Martín Bossi donde, entre otras caracterizaciones, aparece el Manosanta, el legendario sketch donde la actriz da vida a la Bebota.

“Seduzco desde el corazón y no desde el cuerpo”, le contó Adriana Brodsky a El Ciudadano en una charla íntima donde habló acerca de su participación en el espectáculo teatral Big Bang Show que protagoniza Martín Bossi (ver aparte) y que, desde el jueves 13 al sábado 15 de agosto, se presentará, con varias funciones, en el teatro Broadway (San Lorenzo 1223). En esa exitosa propuesta que llega desde la porteña calle Corrientes, la actriz y vedette, interpreta a la Bebota, su más emblemático personaje que, en la década del 80, la llevó a la fama y la convirtió en una de las mujeres más deseadas del país en el inolvidable sketch “el Manosanta” junto al Negro Alberto Olmedo y Javier Portales.

En el marco de la promoción de la obra que la tiene como invitada especial, la actriz contó cómo es reinventar ese personaje a tantos años del debut televisivo, pero también guardó tiempo para hablar de lo que pasa con el público cuando los ven sobre el escenario; se refirió a la “excelencia” de Bossi como actor y recordó al Negro Olmedo: su sensibilidad y su inigualable humor.

—¿Cómo es reinventar a la Bebota a treinta años de su nacimiento?

—Creo que nunca podría hacer algo igual que hace treinta años porque en ese momento tenía otra edad, otras actitudes, otro físico y otra vida. Hoy, después de tanto tiempo, vuelvo a hacer este personaje desde el lugar del recuerdo sabiendo del pasado: no hago de una mujer sexy que sale a seducir, aunque, en realidad, seduzco desde el corazón y no desde el cuerpo. Desde ese lugar todo se facilitó para mí. Si me hubieran exigido hacer esa chica sexy que fui en una época, hubiera fracasado totalmente porque no me siento así.

—El público, ¿puede imaginar que está volviendo al pasado?

—Sí, porque el público de mi generación y otros más jóvenes se meten dentro de esta magia que ofrece el teatro y, te puedo asegurar, pueden llegar a ver el sketch de “el Manosanta” y ver al negrito Olmedo, a la que fue la Bebota y a Javier Portales sobre el escenario. En un momento la gente lo ve, porque eso es lo mágico de este pasaje de la obra. Todo el espectáculo es mágico: desde que entrás hasta que salís te deslumbra.

—Trescientas mil personas ya vieron esta obra en Buenos Aires. ¿En qué crees que se basa este éxito?

—El éxito reside en Martín (Bossi). Él tiene un ejército de personas que lo siguen y es la columna vertebral que dirige todo en un sentido. Es lo que, también, hacía Olmedo: el Negro era la columna de todo y el entorno era parecido a lo que fue él. Vemos que Martín es un fanático de su teatro, de su gente, de su público, de cada personaje que creó o imita. Ensaya todos los días y ese camino no te conduce a otro lado que a la excelencia.

—El humor que concibió Olmedo marcó un quiebre que no volvió a repetirse en el país. ¿A qué creés que se debió eso?

—Mi humilde opinión es que nunca habrá otro Olmedo como tampoco habrá otro Bossi. Esa es la vida: hay una única persona, después hay muchas cosas y personas similares pero ya no es lo mismo. Martín es alguien especial porque tiene un montón de condimentos que muy pocos tienen.

—Tuviste una relación muy estrecha con Olmedo; ¿cómo lo recordás?

—Mirá lo que es la vida: yo trabajé sólo dos años con el Negro y lo único que hice fue el sketch de “el Manosanta”. Era la única persona del elenco que no compartía comidas ni salidas con él. Me acuerdo que todos salían pero, en esa época, yo estaba casada y me quedaba en casa. Iba, trabajaba y me volvía. Pero nunca sentí que se necesitara hacer nada más para que hubiera un vínculo profundamente emocional y amoroso con Olmedo; no se necesitó compartir nada más. Él, desde su lugar, me cuidaba, me quería y yo lo percibía.

—¿Cómo te influyó como persona y como actriz?

—Tengo una anécdota que te la quiero contar: me acuerdo que un día llegué al estudio muy angustiada y triste por problemas con mi primer matrimonio. Mientras estaba esperando sentada el momento para entrar, el Negrito, que estaba en la otra punta del estudio, vino hacia mí, me puso una mano en el hombro y me dijo: “No estés triste, vos sos la estrella total acá”. Todos sabíamos que la única estrella que iluminaba todo era él, era muy sensible y quería levantarme el ánimo. Si eso no es fuerte… Por eso hablo tanto de lo que son las emociones y el verdadero amor. El amor desde el alma, no el de la cintura para abajo. Yo sentí eso por él.

—¿Cómo estás viviendo la gira?, ¿cuáles son los proyectos para la temporada de verano?

—Ya cerré trabajo para el verano. Tenemos estas giras alucinantes y haremos temporada en Mar del Plata con esta obra. Ahora estoy totalmente abocada a esto. Me consume de una forma maravillosa. Estoy feliz que me consuma todas las energías porque me siento muy bien; es una oportunidad que me da la vida, que me da Martín y que me da Dios. Por eso pongo todo y la gente lo va a disfrutar, sin ninguna duda.

El gran show de Bossi

En Big Bang Show, Martín Bossi, acompañado por una banda en vivo, hace un recorrido por temas ligados al amor y la modernidad que incluye homenajes a Pepe Biondi, Tato Bores y el Negro Olmedo, pero también a íconos musicales de todos los tiempos como Frank Sinatra, Michael Jackson y Freddie Mercury. El guión plantea una mirada de atrás hacia adelante en el tiempo, “con el fin de recuperar valores artísticos y culturales hoy ya perdidos o en vías de extinción”, según se anuncia. Además de Bossi, en carácter de invitados actúan Adriana Brodsky como la Bebota y Jorge “Carna” Crivelli interpretando a Javier Portales.

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