José Odisio
La economía argentina está en ruinas, y los clubes de fútbol son un reflejo de esa dura realidad. Ni siquiera River y Boca puede resistir. Se quisieron plantar ante los dólares del fútbol europeo y no pudieron. Primero fue el Diablito Echeverri, que con apenas 17 años no quiso renovar contrato y obligó al Millonario a aceptar la oferta del Manchester City. Y ahora es el turno del Colo Barco, que obliga a Boca a aceptar la oferta del Brighton de Inglaterra o el club inglés se lo llevará por la cláusula de salida. Dos joyitas que se van a Europa temprano a partir de la irresistible oferta de contratos en dólares que en Argentina son imposibles de igualar.
Barco amaga desde hace un tiempo con no firmar su renovación e irse. Y esta semana el Brighton ofertó 10,5 millones de dólares por el 90% del pase (unos 8 millones limpios). Boca se plantó y pidió más, pero la respuesta no tardó en llegar. El club inglés envió un telegrama haciendo uso de la cláusula de salida del contrato del lateral que es de 10 millones de dólares netos. Ahora Riquelme debe decidir entre aceptar la oferta inicial y tener al menos un 10% de cara al futuro, o recibir los diez millones sin poder hacer nada.
Algo similar pasó con Echeverri en River. “No voy a renovar”, tiró el pibe de 18 años en medio de los festejo para ganar el Trofeo de Campeones. Y ese bombazo tenía sustento. Manchester City ya había acordado con el talentoso delantero y amenazó con sacarlo por la cláusula de salida. Finalmente River aceptó 14 millones de dólares y la posibilidad de 9 palos más si se cumplen distintos objetivos. Y al menos el jugador se queda hasta diciembre.
Los dólares pesan y el decaído fútbol argentino sólo puede observar cómo se van sus joya sin poder hacer nada.
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