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Brasil ya es nuclear

Logró el enriquecimiento de uranio y lo producirá desde el año que viene.

Brasil logró dominar el ciclo completo de enriquecimiento de uranio, el combustible nuclear que utilizará el primer submarino a propulsión atómica del país, y “la producción plena comenzará en 2012”, afirmó ayer el jefe de la Armada, almirante Julio Moura Neto. El desarrollo del proceso total del uranio enriquecido es consecuencia de la finalización de la construcción y la inminente puesta en marcha de la Usina de Gas de Uranio (Usexa), en Iperó, en el interior del estado San Pablo.

Con el funcionamiento de esa usina que está a cargo de la Armada, Brasil evitará que la última etapa del proceso sea realizada en el exterior, destacó un informe publicado por el diario O Estado de Sao Paulo. Hasta ahora, esa fase era realizada por la empresa canadiense Cameco.

El cronograma establecido prevé que la primera carga de “yellow cake” (resultado primario del enriquecimiento de uranio) se producirá en las próximas semanas y luego de ello, la planta será sometida a una inspección general a cargo de técnicos de la Comisión Nacional de Energía Nuclear.

Más tarde, a partir de septiembre, la Usexa comenzará a recibir elementos sensibles, como nitrato de uranio y ácido fluorhídrico, y las pruebas con esas sustancias se extenderán por 150 días.

Al cabo de todo ello, “la producción plena comenzará en 2012”, según afirmó Moura Neto en declaraciones citadas por el periódico paulista.

A partir de entonces, la usina fabricará unas 40 toneladas anuales de uranio limitado a cinco por ciento y otra línea a 20 por ciento, para aplicaciones científicas y técnicas.

Las armas nucleares exigen un nivel de enriquecimiento superior a 90 por ciento y en Brasil la producción está prohibida por la Constitución.

Está previsto que la industria naval brasileña comience el sábado próximo a ensamblar los submarinos Scorpéne/Br, en la planta de Itaguaí, en el litoral sur fluminense, y que en 2016 les añada el motor a propulsión nuclear. El programa prevé la construcción de una nueva flota de submarinos de ataque y de un gran navío, todos ellos a propulsión atómica.

Con esos vehículos, Brasil aspira a vigilar los aproximadamente 4.500 millones de kilómetros cuadrados de litoral, especialmente los yacimientos submarinos de petróleo hallados pocos años atrás, que, de acuerdo con los análisis de expertos, convertirán al país en una potencia petrolera.

En esa superficie, comparable a la de Europa occidental, se están explorando reservas aparentemente amplias de metales pesados, de alto valor para las industrias aeronáutica, electrónica y de sistemas de precisión.

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