Política

Brasil pide que próximo jefe del FMI sea elegido en un “proceso abierto y sin importar la nacionalidad”

Informe de Liliana Franco (enviada especial a Washington).- El ministro de Economía, Guido Mantega, señaló hay que "dejar esa práctica obsoleta de reservar el puesto del Fondo a un europeo y del BM a un estadounidense". Además se opuso "a la restricción de las respuestas políticas de algunos países para el manejo de flujos de capital".

El ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, pidió que la elección del próximo jefe del FMI sea bajo un proceso “abierto” donde se consideren “los meritos, sin importar la nacionalidad”. Además también mostró su preocupación por las posturas de los países ricos a la hora de establecer marcos de conducta para el manejo de flujos de capitales. Las palabras de Mantega desde Washington no son otra cosa que un nuevo pedido de cambiar las reglas del sistema financiero mundial que viene impulsando los emergentes.

“Ya era hora de que realizáramos un avance significativo en dejar la práctica obsoleta de reservar el puesto de director gerente del FMI a un europeo y que el presidente del Banco Mundial fuera un estadounidense. Los mandos de las instituciones de Bretton Woods deberían escogerse únicamente sobre la base de un proceso abierto y considerando sus méritos, sin consideración a la nacionalidad”, señaló el brasileño.

Las riendas del FMI las lleva, desde el 2007, el francés Dominique Strauss-Kahn. Su primer periodo como jefe del Fondo termina en 2012 aunque, de decidir a lanzarse a la presidencia de Francia, se vería obligado a dejar el cargo antes. Por primera vez, desde la génesis del organismo allá por 1944, empezaron a sonar para sucederlo voces que piden que no sea estadounidense ni europeo.

Por otro lado, el ministro brasileño apuntó a los estados más ricos. “Nos preocupan los recientes llamados de algunos países avanzados para establecer códigos de conducta o marcos de trabajo político para el manejo de flujos de capital”. dijo.

“Irónicamente, algunos de los países que son responsables por la crisis más profunda desde la Gran Depresión, y que aún deben resolver sus propios problemas, están ansiosos por prescribir códigos de conducta al resto del mundo, incluyendo a los países que están sobrecargados por los efectos de derrame de las políticas adoptadas por ellos”, agregó.

Y se opuso “a cualquier lineamiento, marcos de trabajo o ‘códigos de conducta’ que pretendan restringir, directa o indirectamente, respuestas políticas de países que enfrentan alzas en sus ingresos volátiles de capital. Los Gobiernos deben tener flexibilidad y discreción para adoptar políticas que consideren apropiadas, incluyendo medidas macroeconómicas, prudentes y controles de capital”.

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