Coronavirus

Presidencia en soledad

Brasil: Moro se fue del gobierno pero ya piensa en las elecciones con el respaldo de los medios

Para el académico argentino Ramiro Dulcih, el ex ministro de Justicia "se va a reciclar, pensando en 2022, con el apoyo de la red O Globo, que ya le quitó su respaldo a Bolsonaro". También dijo que "pensar a Lula como candidato es difícil" y, en ese marco, "la hegemonía sigue siendo de la derecha"


Rodrigo Miro / Especial para el Ciudadano

Brasil parece profundizar sus problemas muy rápidamente. Este jueves, se había verificado la mayor cantidad de muertes por coronavirus en el país en un día, con 407 decesos (este viernes se añadieron 357), para sumar 3.331 víctimas reconocidas oficialmente y el rumor cada vez más extendido de que la cifra verdadera es más alta. Y en la mañana de este viernes, se confirmó la salida del gobierno de su ministro de Justicia, Sergio Moro, que oficializó la partida con un fuerte mensaje para Jair Bolsonaro. “No son aceptables las injerencias. Se lo advertí al presidente, e insistió. Evidentemente, no me quería en el cargo. Y yo tengo que preservar mi biografía”, dijo.

La decisión de Moro de irse del gobierno, llega después de que el presidente destituya al director de la Policía Federal, que se aprontaba a investigar a Bolsonaro y su familia. Hace una semana, cabe recordar, ya había renunciado el titular de la cartera de Salud, Henrique Mandetta, enfrentado con Bolsonaro por la forma en que el presidente decidió hacer frente a la pandemia.

Ramiro Dulcich, académico argentino y profesor de la Universidad Federal Fluminense, viene siguiendo en las últimas semanas en charlas con El Ciudadano, las alternativas del escenario político en Brasil. Y ahora vuelve a ofrecer su mirada urgente, tras los últimos acontecimientos: “Moro era un aliado circunstancial de este gobierno. Llegó a ser ministro de Justicia como premio por haber puesto preso a Lula cuando fue juez. Ahora, buscará seguir su carrera política. La salida se da porque pretendió investigar quiénes habían organizado los actos golpistas del domingo anterior a este. Bolsonaro estuvo presente en uno de ellos, en Brasilia, y sus hijos fueron los instigadores de las movilizaciones. Si aceptaba seguir en el cargo, sin poder llevar adelante esa investigación, iba a quedar como una figura decorativa. No olvidemos que si van a fondo con la justicia, también se llega al crimen político de Marielle Franco y muchas otras”.

Para Dulcich, el ahora ex ministro de Justicia “se va a reciclar, pensando en 2022, con el apoyo de la red O Globo, que ya le quitó su respaldo a Bolsonaro, a pesar de haber hecho mucho para que llegue a ser presidente. Hasta lo pienso como posible candidato a vicepresidente de alguno los gobernadores que ahora están en la oposición, como el de Sao Paulo. Claramente, para quienes pensamos en un Brasil más justo, con inclusión social, no sería algo que nos seduzca políticamente, pero tal vez sí más agradable al paladar de la derecha tradicional, que esta locura que inventaron con Bolsonaro. Se están dando cuenta que llevaron a Planalto a un personaje siniestro, que además de enfrentar a la pandemia sin ningún cuidado para los sectores más vulnerables, tienen denuncias sus hijos (uno es senador y otro diputado) de estar en el tráfico de armas y estar formando milicias. Si en este país se llega a conformar un paramilitarismo, avalado por su propio sistema político y jurídico, si eso se larga a la calle, ¿cómo se saca después ese cáncer la sociedad brasilera? La sensación es que que hay sectores de poder que generan el caos y después se pelean a ver quién lo administra. Pero que también tienen temor de que se les vaya de las manos”.

El académico argentino, nacido en Firmat y formado en la UNR, que vive hace casi dos décadas en Brasil, hace una reflexión final sobre lo que puede pasar en los próximos días. Dulcich manifiesta que además del comportamiento de los actores de la política y su microclima institucional, será clave seguir lo que pase con los niveles de contagio y fallecimientos por la pandemia, en las zonas más castigadas, como son Manaus y Sao Paulo. “En la zona del Amazonas, hay sobrecarga de los cementerios, eso da la pauta de lo que está pasando, aunque no se tenga certeza de los números oficiales. Y en el sur, la burguesía industrial paulista, que es el motor de la economía brasilera, junto al sector bancario y la Cámara de Comercio están operando para reabrir todo. En este contexto, cuando reapareció Lula, al día siguiente le reapareció una situación jurídica. Por lo cual, pensarlo como candidato es difícil, porque su situación de libertad, es muy frágil. En rigor, entonces, la hegemonía continúa siendo de la derecha. No dejarían que Lula vuelva y les gane una elección. Esa es la correlación de fuerzas actual, lamentablemente”.

Tras el estallido inicial en enero en China, el COVID-19 se desparrama por todo el planeta. Convertido en pandemia y presente en casi todo el globo, en varios países el coronavirus determinó un crecimiento exponencial de víctimas en muy poco tiempo. Así, Italia, España, Francia o Estados Unidos, vieron colapsar su esquemas sanitarios por varias semanas, sin un derrumbe de sus sistemas políticos. En Brasil, el escenario está abierto en los dos frentes.

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