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Brasil: la polémica por el aborto mancha al opositor

La esposa de Serra confesó haber abortado en 1992 y tiró abajo estrategia conservadora contra Rousseff.

El candidato opositor José Serra utilizó como arma punzante, una vez terminada la primera vuelta y de cara al balotaje, el supuesto posicionamiento “ateo” de la oficialista Dilma Rousseff de despenalizar el aborto. Es que están en juego millones de votos conseguidos por la ambientalista evangélica Marina Silva en el primer turno electoral. Por su lado, la candidata de Lula no sólo se mostró devota de la Virgen Aparecida sino que además hizo publico que de ganar no promoverá la despenalización. Como si esto fuera poco, ayer, la estrategia opositora completó un giro de boomerang al conocerse que la esposa de Serra, hace años, se sometió a un aborto.

La esposa de Serra, la psicóloga y ex bailarina chilena Mónica Allende, causó profundo impacto en la campaña de su marido al confesar a ex alumnas suyas haberse realizado un aborto, tema con el que atacó previamente a la aspirante oficialista Rousseff.

Allende, sin parentesco con el ex presidente socialista chileno Salvador Allende, acusó a Rousseff, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), en un acto electoral en septiembre pasado en una favela de Río de Janeiro, de “querer matar a los niñitos” por supuestamente propiciar la legalización del aborto.

Ahora, el diario Folha de Sao Paulo corroboró una versión que circulaba en internet: que Mónica Allende había contado a alumnas de ballet en 1992 que debió hacerse un aborto cuando estaba en el exilio en Estados Unidos junto con Serra, después del golpe de Augusto Pinochet.

El testimonio fue de la bailarina Sheila Ribeiro, de 37 años, casada con el antropólogo italiano Massimo Canevacci, y representa un duro golpe a la campaña del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que acusaba a Rousseff de tener doble discurso sobre el aborto.

“Quiero dejar mi indignación por la posición débil de José Serra, que no respeta ni a su mujer. Mónica Serra ya se hizo un aborto. Con el respeto que debo a mi profesora, quiero revelar que nuestras clases trataron del aborto traumático. Ella contó que se hizo un aborto, no quiero decir qué confesó”, dijo Ribeiro.

La bailarina brasileña dijo que ella narró que la experiencia del aborto de Allende fue contada en el marco de sus problemas para vivir en el exilio. Folha de Sao Paulo chequeó la información con una alumna, que no quiso identificarse.

Serra se casó con Allende cuando se marchó a Chile para huir de la dictadura brasileña y ambos se mudaron hacia Estados Unidos cuando el golpe militar de 1973 de Pinochet.

Por su parte, Mónica Serra no quiso hablar del tema. Rousseff el domingo pasado había acusado a la esposa del ex gobernador de San Pablo de ser una de las impulsoras de la campaña de difamación en su contra sobre temas religiosos, una acusación que Serra no desmintió.

La explotación de temas religiosos en la campaña fue una de las denuncias realizadas por el PT contra Serra y la ultraderecha confesional que convocaron a no votar a Rousseff porque legalizaría el aborto.

La ex jefa de ministros de Lula negó querer modificar la actual legislación, que permite el aborto sólo en casos de violación y riesgo para la mujer, una normativa reglamentada cuando Serra era ministro de Salud en 1998 del ex presidente del PSDB, Fernando Henrique Cardoso.

La candidata del PT firmó ayer un manifiesto en el que afirma estar “personalmente contra el aborto”, con el que busca poner punto final a una campaña “sórdida” de la oposición en su contra por temas religiosos.

“Para no permitir que la mentira prevalezca como arma en busca de votos, con rumores de mis adversarios electorales, quiero reafirmar que personalmente estoy contra el aborto y defiendo la actual legislación”, sostuvo Rousseff en su mensaje.

Además, se comprometió a “no tomar iniciativas de proponer alteraciones a la cuestión del aborto y ninguna iniciativa contra la familia”, y aseguró que vetará los artículos que violen la libertad de credo y culto de la ley que el Congreso tramita y que criminaliza la homofobia si llega a la Presidencia.

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