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Brasil habilitó el paso de dos mil vehículos

El vecino país levantó barreras y autorizó el ingreso de automóviles argentinos.

La Argentina y Brasil dieron ayer fuertes señales de distensión en el conflicto comercial desatado por las trabas a las importaciones en ambos países, en una clara decisión de que priorizarán el Mercosur por encima de las diferencias coyunturales. En un gesto inequívoco de que se decidió enfriar el problema, Brasil autorizó el ingreso de más de dos mil autos mientras que la Argentina comenzó a dejar entrar neumáticos, baterías y maquinaria agrícola.

Así, ambos países preparan un terreno allanado con vistas al encuentro clave que mantendrán mañana en Brasilia los ministros de Industria de la Argentina, Débora Giorgi, y de Brasil, Fernando Pimentel. Los vehículos cuyo ingreso fue autorizado por Brasil pertenecen a las terminales de General Motors y Fiat.

Hora de distender

Entre los negociadores argentinos reinaba el optimismo con vistas al cónclave de mañana. En especial, se destacaba la buena sintonía del llamado que Pimentel realizó el lunes a la ministra Giorgi. Incluso, se estima que hoy, un día antes del encuentro en Brasilia, el gobierno de Dilma Rousseff dejaría entrar otros dos mil vehículos fabricados en la Argentina.

El gobierno brasileño dijo a las automotrices de ese país, englobadas en la Asociación de Fabricantes (Anfavea), que liberará importaciones de automóviles desde la Argentina por entre 40 millones y 50 millones de dólares.  Eso comprende a la totalidad de los vehículos varados, estimó una fuente del sector, al promediar en 11 mil dólares el valor FOB (exportación) de cada rodado.

A su vez, el mayor socio del Mercosur está dispuesto a negociar la fijación de cupos de exportación en algunos sectores como maquinaria agrícola o línea blanca, tal como sugirió el gobierno  argentino durante la reunión de secretarios de Industria de la semana pasada.

Por el lado argentino la respuesta no tardó en llegar: se liberaron embarques brasileños de neumáticos, baterías y maquinaria agrícola. Igual, la reunión del jueves será muy trabajosa, ya que se buscaría definir un nuevo esquema de cuotas que despertará tensiones.

Está “tudo bem”

Pero queda claro a los empresarios que tanto Roussef como la presidenta Cristina Fernández están decididas a encontrar una salida política al conflicto. Al menos esa fue la conclusión del sorpresivo llamado que el ministro Pimentel le hizo a Giorgi, pidiéndole que viaje a Brasilia para acelerar las negociaciones y anunciar, posiblemente ese mismo día, un acuerdo.

“Y luego nos vamos a almorzar todos juntos”, le habría dicho el funcionario brasileño a la ministra argentina, anticipando el tono del esperado encuentro. En las negociaciones también participarán los secretarios de Industria, Eduardo Bianchi y Alessandro Teixeira, junto a sus respectivos equipos.

“Un cañonazo”

Aunque lo que más despierta esperanzas en el gobierno argentino son las expresiones de Miguel Jorge, ex ministro de Industria de Brasil y hombre fuerte del gobernante Partido de los Trabajadores. El ex funcionario de Lula consideró que las restricciones impuestas por Brasil a la importación de autos y autopartes es “un cañonazo al Mercosur” y que “hay que tener paciencia con la Argentina”.

En Brasilia se interpretó esa declaración como evidente reclamo de Jorge al ministro Pimentel de hallar una salida al conflicto como sea, privilegiando la relación estratégica con la Argentina antes que cualquier ventaja coyuntural.

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