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Brasil: el Senado define hoy si destituye a la presidenta

Mayoría de pronósticos adelantan que se impondrá el anunciado golpe parlamentario contra Rousseff; sólo un batacazo de último momento podría salvar a la mandataria de su salida definitiva del poder.


La presidenta brasileña Dilma Rousseff se juega hoy su continuidad en el Senado, que según todos los pronósticos se encamina a expulsarla del cargo por delitos contra la ley fiscal, en un juicio político calificado de “golpe de Estado” por sus seguidores y que puede confirmar en el poder a su vicepresidente, Michel Temer, un ex aliado que trabajó sin disimulo para hurtarle el sillón presidencial.

La sesión del Senado de ayer escuchó los testimonios de la acusación y de la defensa, que elevaron el tono para pedirles a los senadores votar para cada una de sus posiciones, mientras que en las calles los movimientos sociales bloquearon accesos en San Pablo con quema de neumáticos con la consigna “Fuera Temer”.

El abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, hizo un pedido a los senadores, previendo una votación que se pronostica irreversible, que “tengan en cuenta en el peso de la historia y la conciencia de quien condena a alguien inocente”.

Si Rousseff es destituida, será el fin de 13 años de gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), que había llegado al poder en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, que impulsó reformas sociales innovadoras y motorizó el ascenso social,  aunque quedó salpicado –como la mayor parte de la dirigencia política, empresarial y judicial– en ejes de escándalos de corrupción, como el Petrolao.

El vicepresidente en ejercicio desde el 12 de mayo, Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb), negoció hasta último momento con senadores para que no haya sorpresas, ya que el interino espera que haya 60 votos, 6 más de los 54 necesarios.

Por otro lado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo los últimos intentos, durante un almuerzo de trabajo con Rousseff, con llamadas a senadores, para convencerlos de cambiar el voto, teniendo en cuenta que a inicios de agosto el Senado ya había aprobado la denuncia con 59 votos contra 21, un resultado del cual se espera algo parecido mañana.

Si Temer es confirmado, será la tercer vez que el Pmdb ostente la jefatura del Estado, aunque nunca lo hizo por el voto directo: la fuerza, que domina el Congreso desde 1985, eligió a José Sarney por la vía parlamentaria tras la dictadura militar y gobernó con Itamar Franco entre 1992 y 1995, siendo este vicepresidente del renunciante Fernando Collor de Mello.

Rousseff, de 68 años, defendió anteayer su biografía, su pasado de presa política por luchar contra la dictadura y clamó su inocencia por los delitos de responsabilidad que se le atribuyen: tres decretos para redistribuir el presupuesto y las llamadas “pedaleadas fiscales” para usar dinero de los bancos públicos y subsidiar el plan agrícola 2015, en rigor mecanismos que utilizaron todas las gestiones presidenciales.

El abogado Cardozo, ex ministro de Justicia y ex Abogado General de la Unión del gobierno de Rousseff, reiteró la línea de la mandataria en su defensa de anteayer y dijo que el gobierno de Dilma fue bloqueado por la oposición que perdió las elecciones en 2014 –el senador Neves fue el derrotado– y que el juicio político fue autorizado en diciembre por Eduardo Cunha, entonces presidente de Diputados, como venganza porque la mandataria no lo defendió de las acusaciones de corrupción.

“Dilma (…) tuvo la osadía de no impedir las investigaciones de corrupción”, resaltó Cardozo. “Además, es discriminada por ser mujer, un hombre lo percibe. Ella tenía energía como siempre fue, pero como es mujer le dicen autoritaria. Esto duele”, agregó.

El PT de Lula jugó una última carta para salvar a Dilma

El Partido de los Trabajadores (PT) jugó ayer su última carta para capturar votos de senadores en el juicio político a la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, al proponer un plebiscito sobre elecciones anticipadas para evitar la continuidad del gobierno de Michel Temer.

“El camino más correcto es absolver a Dilma de esta terrible injusticia a la que es sometida y pensar el país a partir de un plebiscito que decida sobre nuevas elecciones, es el único escenario que vemos con una salida estable”, dijo a la agencia Télam el vicepresidente del Senado, Jorge Viana, del Partido de los Trabajadores.

Ese llamado a la anticipación de elecciones que había formado parte del plan de Rousseff para atraer votos que puedan revertir la elección fue recordado en su discurso por Humberto Costa, jefe del bloque de senadores, durante su discurso en la sesión previa a la votación de hoy.

“Ustedes senadores ya conocen a Michel Temer, es un usurpador, un traidor y nosotros tenemos la posibilidad de tener un plebiscito y elecciones directas contra un plan económico que nos llevará al caos”, dijo Costa.

No faltó dramatismo y hasta hubo discursos entre llantos

Tan dramático ha sido este juicio en Brasil, que durante las sesiones de ayer, tanto el abogados de la defensa como de la acusación lloraron.

“Canallas, canallas, canallas”, disparó el senador Roberto Requião, del Pmdb pero defensor de Dilma Rousseff, haciendo referencia al golpe de Estado contra Joan Goulart en 1964.

Combativa, serena y por momentos sonriente, la presidenta brasileña se defendió anteayer durante más de 14 horas, en una sesión histórica en la que reiteró su inocencia y afirmó ser víctima de un “golpe” para reemplazarla hasta fines de 2018.

“No acepten un golpe que en vez de solucionar, agravará la crisis brasileña”, pidió Rousseff al pleno de 81 senadores, convertidos en una especie de Gran Jurado.

“Pido que voten contra el impeachment”, exhortó durante la sesión que sacó a la luz todos los problemas que afectan a la sociedad brasileña: una crisis económica galopante y una corrupción endémica.

Pero para el abogado defensor de la presidenta, el ex ministro José Eduardo Cardozo, una destitución de Dilma Rousseff, sería “una pena de muerte política”.

Sondeos

Un sondeo del diario Folha de Sao Paulo indica que la base que apoya el juicio político ya tenía ayer los 54 votos necesarios para la condena de Rousseff, mientras que O Estado de Sao Paulo indicó que hay 52 y 11 indecisos.

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