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Brasil: arrancó otra campaña

A menos de 24 horas de los comicios, el gigante sudamericano comenzó a palpitar el balotaje que el 31 de octubre próximo definirá sucesor de Lula, entre la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra.

La oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, que disputarán la Presidencia de Brasil en una segunda vuelta electoral el 31 de octubre, comenzaron a cortejar ayer a la ambientalista Marina Silva, del Partido Verde (PV), tercera en los comicios con un caudal de votos que podría definir el balotaje.

Menos de 24 horas después de terminada la votación y con el 99,99 por ciento de los votos escrutados, los dos finalistas de la contienda se mostraron dispuestos a negociar con Silva para intentar captar el sorprendente e inesperado 19,33 por ciento de los votos que conquistó anteayer. La delfina del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la ex ministra Rousseff, que acumuló el 46,91 por ciento de los votos y no logró la mayoría que le hubiera permitido consagrarse presidenta en la primera vuelta, dijo que ve “más similitudes que diferencias” con Silva, quien fuera ministra del propio gobierno de Lula.

“Llamé hoy a Marina para felicitarla por el papel que desempeñó en el primer turno. Me pareció poco delicado comenzar a negociar. Pero vamos a conversar sobre ello, y espero ser correspondida en ese interés”, dijo Rousseff en una conferencia de prensa.

El Partido Verde, que sostuvo la candidatura de Silva, “no pertenece al bloque partidario que me apoya. Si se quieren sumar en este segundo turno, serán bienvenidos”, afirmó la candidata oficialista.

En tanto su rival socialdemócrata, el ex gobernador de San Pablo José Serra, que obtuvo el 32,61 por ciento de los votos, señaló citado por medios oficiales que Silva “contribuyó a diversificar las opciones” y dijo que, de resultar electo, los temas ambientales no serán tratados como “un apéndice” y tendrán prioridad, en un claro intento de acercamiento a la ex ministra.

Silva, de 52 años, dijo ayer en rueda de prensa que no tiene “una posición a priori” sobre un eventual apoyo a alguno de los candidatos, y aclaró que la decisión será tomada en consulta con su Partido Verde en una convención a realizarse en 15 días, en fecha que no precisó.

Rousseff y Serra “me telefonearon para felicitarme por las propuestas que llevamos (a las elecciones) y expresar el deseo de tener una conversación cuando sea oportuno”, confirmó Silva en San Pablo.

La ex funcionaria dejó claro ya el domingo que si alguno de los finalistas quiere contar con su capital electoral deberá adaptar su agenda al programa sustentable de su Partido Verde.

Ahora va a aparecer la “agenda de la sustentabilidad”, pues Silva “va a negociar y no es una persona que negocie por cargos y sí por temas”, destacó el comentarista independiente de política y economía Carlos Alberto Sardenberg a la radio CBN.

Se debe analizar “cómo los votos de Marina Silva van a distribuirse”, señaló a la AFP el politólogo Carlos Alberto de Melo.

“Creo que los electores de Marina tienen un sector que es más próximo a José Serra y otro más próximo a Dilma. No se puede entender a los electores de Marina como un bloque único”, señaló este profesor del independiente Instituto de Enseñanza e Investigaciones (Insper) de San Pablo.

Según De Melo, la tendencia es que Rousseff gane el balotaje. “Normalmente lo que ocurre en un segundo turno es que el candidato que está al frente y tiene una ventaja –sobre todo una ventaja tan grande–, vence la elección. Es la tendencia normal”, dijo De Melo, aunque destacó que “hacer apuestas en una elección es siempre muy arriesgado”.

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