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Provienen de zonas protegidas

Brasil: acusan al frigorífico JBS de procesar carne de ganado criado ilegalmente en la Amazonía

Amnistía Internacional denunció que no ejerció un efectivo control de proveedores: aseguró que la firma, el mayor procesador de carne del mundo que tiene plantas en Rosario (ex Swift) y Venado Tuerto, no adoptó un sistema de control efectivo de su cadena de suministro y debe reparar los daños


Ganado criado ilegalmente en áreas protegidas de la selva tropical amazónica de Brasil entró en la cadena de suministro de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo; así lo afirma en un informe Amnistía Internacional (AI).

Al no controlar eficazmente la entrada de ganado criado ilegalmente en su cadena de suministro, JBS no ejerce la diligencia debida como establecen los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos. Con arreglo a lo establecido en los Principios Rectores de la ONU, JBS contribuye a la comisión de abusos contra los derechos humanos de indígenas y residentes de reservas al participar en los incentivos económicos de criar ganado ilegalmente en áreas protegidas; así lo manifestó la organización de derechos humanos.

“JBS conoce los riesgos de que el ganado criado ilegalmente en zonas protegidas entre en su cadena de suministro desde al menos 2009”, afirmó Richard Pearshouse, director de Crisis y Medio ambiente de Amnistía Internacional.

“La empresa no adoptó un sistema de control efectivo de su cadena de suministro, que incluyera a sus proveedores indirectos. Debe reparar los daños causados y habilitar sin demora sistemas que eviten que esto vuelva a suceder.”

Aunque AI no encontró ninguna prueba que implique directamente a JBS en los abusos contra los derechos humanos cometidos en los tres lugares investigados, sí descubrió que en su cadena de suministro entró ganado criado ilegalmente en zonas protegidas. La organización insta a JBS a adoptar medidas para remediarlo antes del fin de 2020.

Brasil tiene unos 214 millones de reses, más que ningún otro país. La industria de carne de vacuna genera un valor de 618.000 millones de reales brasileños (124.000 millones de dólares), que representa el 8% de su PIB. JBS es el mayor procesador mundial del rubro, con frigoríficos incluso en Rosario, el ex Swift, y Venado Tuerto.

Alrededor de tres cuartas partes de la carne de vacuno que produce Brasil se consume en el país, pero el resto pasa a la cadena mundial de suministro, en cantidad suficiente para hacer de Brasil el mayor exportador del mundo. Los principales destinos son China, Hong Kong, Egipto, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y la Unión Europea.

El mayor crecimiento del sector ganadero de Brasil se registró en la Amazonía. Desde 1988, el número de reses prácticamente se cuadruplicadó allí, con 86 millones en 2018, lo que representa el 40% del total nacional. Una parte de esta expansión está destruyendo grandes extensiones de selva tropical protegida en las reservas y los territorios indígenas.

En total, el 63% de la superficie deforestada —equivalente al tamaño de Portugal multiplicado por cinco— de 1988 a 2014 ahora es pasto para ganado. AI documentó este proceso con detalle en un informe publicado en noviembre de 2019.

Según datos gubernamentales, los territorios indígenas de la Amazonía perdieron 497 km² de selva tropical entre agosto de 2018 y julio de 2019, lo que supone un incremento del 91% respecto a ese mismo periodo un año antes.

 

Entre amenazas e intimidación

Amnistía Internacional visitó tres lugares en el curso de su investigación, todos en el estado de Rondonia: el territorio del pueblo indígena uru-eu-wau-wau y las reservas de Rio Jacy-Paraná y Rio Ouro Preto.

La organización no encontró indicios de que JBS estuviera directamente implicada en los abusos contra los derechos humanos cometidos en los tres lugares investigados.

No obstante, en todos ellos se habían llevado a cabo apropiaciones ilegales de tierras recientemente que habían causado la pérdida de tierras tradicionales, protegidas por la legislación brasileña. El derecho de los pueblos indígenas a sus tierras está protegido por el derecho internacional de los derechos humanos. La ganadería comercial está prohibida por ley en las tres áreas.

Amenazas, intimidación y violencia suelen acompañar estas apropiaciones ilegales de tierras, en un contexto general de violencia rural. Según cálculos, hubo 7 asesinatos, 7 intentos de asesinato y 27 amenazas de muerte contra personas indígenas de la Amazonía brasileña en 2019.

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