Ezequiel Nieva
El jueves por la mañana, poco antes de la llegada del embajador de los Países Bajos, Esteban Borgonovo bajó de su despacho del segundo piso de la Casa Gris y se dirigió a la oficina del gobernador Omar Perotti, en la esquina noreste del primer piso. Iba con una decisión tomada y se la comunicó en forma personal al mandatario santafesino. Perotti le pidió que se quede hasta fin de año, pero Borgonovo declinó ese ofrecimiento. Luego, publicó un escueto mensaje en las redes sociales y de esa manera terminó su participación como ministro de Gobierno de Santa Fe, once meses después de haber asumido el cargo.
Durante el encuentro que mantuvieron en el despacho del gobernador, Borgonovo le explicó a Perotti los motivos de su renuncia y puso énfasis en la falta de apoyo de parte del mandatario provincial, lo que le generó “incertidumbre” y lo decidió a dejar su cargo. “Era necesario sincerar esta situación; sin un respaldo explícito del gobernador es imposible trabajar”, señaló más tarde el ex funcionario en diálogo con El Ciudadano.
La salida de Borgonovo era una fuerte especulación desde que Perotti anunció, a fines de octubre, que se venían cambios en el gabinete. Este jueves se confirmó. El ex ministro sostuvo: “No puedo cumplir responsablemente mi función en un marco de incertidumbre, lo mejor es que venga otra persona con la confianza renovada”. Y dejó en claro además que no hubo roces ni internas dentro del gabinete: “Me voy tranquilo por haber podido colaborar durante un año que fue muy singular y complicado”, en relación a la pandemia del coronavirus.
—¿Cuáles fueron los motivos de su renuncia?
—Había que sincerar una situación. El gobernador hizo hace más de 15 días el anuncio de que iba a haber cambios en el gabinete y uno de los ministerios que empezó a sonar en forma reiterada fue el de Gobierno. Yo me sentí en la obligación de renunciar porque creo que el Ministerio de Gobierno, que es la cartera política, es un área en la que sin un respaldo explícito del gobernador es imposible trabajar. Me pareció que era lógico renunciar y dejar que el gobernador tuviera absoluta libertad de acción para designar a la compañera o el compañero que a partir de ahora venga a tomar la posta.
—¿En qué observó esa falta de apoyo explícito?
—Primero porque si hay anuncios de cambios y tu ministerio suena fuerte y hay un silencio en ese sentido, evidentemente es porque hay una idea de cambiar tu área, lo cual es absolutamente legítimo. Yo siento que no puedo trabajar ni cumplir responsablemente mi función en un marco de incertidumbre. Eso había que sincerarlo.
Borgonovo deja el gobierno “con la tranquilidad de que el momento más intenso de pandemia ya pasó”
—¿Qué habló con el gobernador?
—Le dije que iba a renunciar, que la decisión estaba tomada y le expliqué los motivos. Por supuesto, le agradecí la designación y la posibilidad de haber sido parte del gobierno.
—¿Qué le respondió Perotti?
—Me preguntó si no podía quedarme hasta fin de año, le dije que me parecía que no, que lo mejor era que viniera otra persona con la confianza renovada y el apoyo necesario para sumarle al gobierno.
—¿Se va del gobierno con un gusto amargo?
—No. Me voy muy tranquilo y conforme. Primero porque me voy cuando ya pasó lo peor de la pandemia, con cierto control. Si bien hay que cuidarse y no relajarse, ya pasó el pico más intenso. No me hubiera gustado irme en el medio del huracán. Y me voy conforme porque las relaciones políticas, que son el núcleo de mi cartera, las dejo mucho mejor que como las encontré cuando asumí. Es notorio que tuvimos muchísimos problemas, hacia dentro del peronismo y hacia afuera también. Creo que logramos dialogar, construir consensos y gracias a esa tarea, entre otras cosas, salió la ley de emergencia, se pudo corregir el presupuesto (2020) y se preservó la calidad institucional en la provincia. En todas las áreas del ministerio –Justicia, la relación con la Legislatura, Derechos Humanos, Protección Civil– se trabajó muchísimo en condiciones adversas. Dejamos un Servicio Penitenciario donde prácticamente el Covid no entró: tenemos apenas diez contagiados en todas las cárceles de Santa Fe, con lo cual la prevención ha funcionado muy bien. Por lo cual me voy tranquilo por haber podido colaborar durante un año que fue muy singular y complicado.
—¿Qué balance puede hacer de estos once meses de gestión?
—Fue un desafío muy grande en todas las áreas. El gobierno estuvo realmente dedicado a que la gente sufriera lo menos posible las consecuencias de la pandemia. El apoyo más fuerte fue para los sectores más vulnerables con asistencia social, alimentación, atención sanitaria y prevención en todo el territorio. Además, tuvimos que hacer frente a deudas y situaciones heredadas. Y mientras tanto, fuimos preparando la provincia para volver a crecer, apoyando a las pymes y a todos los sectores que no pudieron trabajar. Se hizo mucho en un contexto difícil y con una economía muy achicada. Fue un gran trabajo.
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