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Proceso

Bonfatti: querella no acusará a Ema Pimpi

El gobernador desistió de perseguir a uno de los dos procesados en la causa.


El gobernador de Santa Fe Antonio Bonfatti desistió de promover la acusación penal contra uno de los dos acusados en el atentado a balazos que sufrió en el frente de su vivienda de zona norte el 11 de octubre de 2013. Bajo la figura de querellante y con el patrocinio del abogado Héctor Superti, la máxima autoridad del Ejecutivo provincial presentó un escrito en el que se “abstiene de acusar” a Emanuel José Sandoval, conocido como Ema Pimpi, quien cumple prisión domiciliaria y está procesado por “amenazas agravadas por el anonimato y uso y abuso de arma de fuego y daño”. Por el tipo de delito, su defensor Marcos Cella había pedido que la causa fuese elevada a juicio oral y público tras lo cual se produjo el desistimiento del mandatario. No obstante, la Fiscalía puede continuar con el curso de la acusación. El otro acusado es Pablo Espíndola, un suboficial de policía procesado por encubrimiento agravado en calidad de autor, en cuyo poder encontraron una de las dos armas utilizadas para acribillar el frente de la vivienda de Darragueira y Gallo.

“En función de la recopilación de evidencia realizada a la fecha, esta querella no ha de promover acusación contra el imputado Emanuel José Sandoval”, reza el escrito presentado por Superti, según reveló una fuente judicial.

“Hoy nos encontramos con la grata sorpresa de que el gobernador Bonfatti desistió de promover la acusación contra Sandoval. Esto no hace más que afirmar lo que ya dijo el camarista Alfredo Ivaldi Artacho, en la audiencia de prisión preventiva de mi cliente, cuando explicó que a su criterio no había elementos para lograr una condena en su contra”, expresó ayer a El Ciudadano Marcos Cella.

El letrado explicó que la Fiscalía acusó a Ema Pimpi por un delito “cuya pena nos habilita como defensores a solicitar el juicio oral, ya que es un derecho del imputado. Fue por eso que lo pedimos y, cuando se le corrió vista a la querella para que acuse, nos encontramos con que Superti, en representación del gobernador, desistió de promover la acusación contra Sandoval, lo que avala nuestra postura de su inocencia”.

En principio eran cinco los acusados del atentado contra la casa de Bonfatti, tres de los cuales (Saúl S., Germán R. y Manuel M.) recibieron falta de mérito por la jueza Alejandra Rodenas.

Fuentes del caso dijeron que la investigación cuenta con un solo testigo presencial del ataque, ocurrido alrededor de las 21 del 13 de octubre de 2013, quien refirió ver a cuatro masculinos a bordo de dos motos que abrieron fuego contra la vivienda de Darragueira al 2400. Pero el testigo no alcanzó a divisar los rostros. Según la pesquisa, los agresores dispararon 21 veces con armas calibre 11.25 y 9 milímetros, en lo que se llegó a mencionar como el peor episodio contra un mandatario desde el regreso de la democracia en 1983.

Además de Sandoval, a quien la Policía vincula con narcotraficantes, la jueza Rodenas procesó a Pablo Espíndola, un suboficial que brindaba servicios en la seccional 10º, quien fue señalado como parte de la presunta organización delictiva que le adjudican a Ema Pimpi. La pista para dar con el efectivo policial, según el procesamiento, fueron mensajes anónimos enviados a Tribunales que apuntaban a la comisaría de zona norte y que derivaron en un allanamiento de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) en busca de una de las armas utilizadas. Aunque la búsqueda arrojó resultados negativos, abrió sospechas sobre maniobras de despistes relacionadas con una interna policial. De ahí surgieron informes de presuntos vínculos entre Sandoval y Espíndola para realizar “aprietes” a cambio de dinero y más tarde se le secuestró al suboficial una de las armas del atentado.

Por eso, dos causas contra el suboficial están siendo cursadas en Sentencia 2ª, a cargo de María Isabel Mas Varela. Una por portación de arma, encubrimiento y documento falso, referida al ataque que sufrió el gobernador, y otra también por encubrimiento agravado relativa al arma que se halló en su poder. En una tercera causa lo acusan de robo calificado, pero esta investigación aún no llegó a la etapa de juicio.

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