Ciudad

Compras en el súper

Bolsas otra vez, no

Cinco organizaciones ambientalistas rechazaron las presiones para modificar la ordenanza que las restringió y piden una “discusión seria”.


Organizaciones ambientalistas y sociales de la ciudad salieron a rechazar en conjunto las presiones para modificar la ordenanza que restringió las bolsitas de plástico de las grandes superficies comerciales, que entró en práctica el pasado 1º de abril, cuando los supermercados dejaron de entregar bolsas descartables. “A casi dos meses de la implementación de esta medida, la misma tuvo muy buena recepción en la ciudadanía y no han surgido problemas. Sin embargo, por estos días algunos concejales y representantes de la industria plástica salieron a cuestionarla con planteos falaces”, se quejaron las organizaciones Ojo Ciudadano, Plataforma Animalista Rosario, STS Rosario, Taller de Comunicación Ambiental y Taller Ecologista, que recordaron la sobrecarga ambiental que implicaba la entrega indiscriminada de las bolsitas para Rosario y la región.

“Es necesario volver a recordar –marcaron las cinco ONG– la justificación ambiental que fundamenta la decisión de no entregar más bolsas descartables. Las bolsas camiseta, objeto excluyente de la ordenanza, son un ejemplo acabado de la irracionalidad que subyace al principio de «úselo y tírelo». En todo su proceso de fabricación  y transporte consumen combustibles fósiles que se están agotando y emiten gases que provocan el cambio climático, quizás el mayor problema ambiental del siglo XXI”.

“Para que una bolsa llegue a nuestras manos, los materiales implicados en su fabricación, y las bolsas mismas, recorren alrededor de 2.000 kilómetros, sólo para posibilitar el acarreo de mercadería, por algunas cuadras y durante algunos minutos. Con un poco de suerte, y cargadas de residuos, terminarán en basurales y rellenos; de otro modo, se esparcirán por la superficie urbana y rural, contaminarán suelos y aguas, afectando flora y fauna”, continuaron las organizaciones en el texto conjunto.

Por la situación expuesta, las entidades reafirmaron que la opción “más sensata” es “reducir fuertemente” la proliferación de bolsitas de un solo uso “en favor de la utilización de bolsas realmente reutilizables y durables”.

Empero, a la par también remarcaron que las bolsas permitidas por la ordenanza, de mayor tamaño y espesor, con señalización “no modifica en lo más mínimo el escenario”, ya que por las características se utiliza más plástico: “Su uso sólo permite disminuir el número de bolsas pero no la cantidad total de plástico que se usa y tira”.

“Por estos motivos, muchas organizaciones socioambientales –varias de ellas integrantes del consejo asesor de la comisión de Ecología (del Concejo Municipal)– no acompañamos el texto de la ordenanza aprobada”, señalaron las organizaciones, recodando a la par que la mayoría de los ediles avanzaron en la ordenanza “que no contaba con el consenso de la mayoría de los actores involucrados, con la excepción de la industria plástica”.

Pero como en los últimos días crecieron las presiones incluso sobre aquella, las organizaciones recordaron que de la ordenanza se desprenden dos opciones para los supermercadistas: seguir entregando bolsas con ciertos requisitos, o directamente no entregar. “Los supermercados, en buena hora, optaron por esta segunda opción que es la única que tiene sentido desde la perspectiva ambiental”, ratificaron.

Con todo, las cinco organizacoines también recordaron que durante el tratamiento de la normativa invitaron a generar “una discusión seria sobre la cuestión del empleo”, puntualizando que “la fabricación de bolsas camiseta es una pequeña porción del negocio de la industria plástica, la que produce un sinfín de otros productos”. Pero lamentaron que ese debate no se dio “porque la mayoría de los concejales y la industria no estaban dispuestos realmente a avanzar en la dirección de minimizar significativamente el uso de bolsas descartables”. Por ello, y con la vista puesta en la conservación del empleo, invitaron a estudiar “formas de transición y reconversión, y no objetar una acción que tiene plena justificación ambiental”.

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