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Bolivia recordó los 30 años de un cruento golpe militar

Morales participó de una ceremonia en homenaje a las víctimas de la “narcodictadura” de García Meza.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, participó ayer de la ceremonia en la que se recordó el cruento golpe de Estado que vivió el país hace 30 años. Aquella asonada instaló la “narcodictadura” de Luis García Meza, que asesinó, ese mismo día, al dirigente socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, entre otras víctimas y desaparecidos. El mandatario contrastó con el pasado la actual democracia y destacó la “conciencia social de las organizaciones campesinas originarias, los sindicatos y también de las Fuerzas Armadas”. Pero, además, recordó las intentonas golpistas que sufrió su propio gobierno entre agosto y octubre de 2008.

“Antes, las Fuerzas Armadas eran utilizadas por intereses políticos mezquinos y hasta por imperialismos para llevar a cabo golpes de Estado que sangraron al pueblo que salía a defender la democracia”, señaló el mandatario, según la Agencia Boliviana de Información (ABI), a la que citó Télam.

El 17 de julio de 1980 tuvo lugar un golpe de Estado en Bolivia con apoyo de paramilitares y militares argentinos, que derrocó a la presidenta constitucional interina Lidia Gueiler Tejada, evitando así que el ganador de las elecciones Hernán Siles Zuazo asumiera la presidencia.

Morales sostuvo que en la actualidad los militares contribuyen al desarrollo social de la nación cumpliendo diversas tareas, como trasladarse a los lugares más recónditos de la Patria para hacer efectivo el pago del bono Juancito Pinto a la niñez.

Sobre lo sucedido hace 30 años recordó que “los sindicatos, los movimientos sociales e intelectuales de izquierda dejaron a un lado sus propios intereses para luchar en defensa de la democracia” y resaltó la resistencia del pueblo boliviano ante los abusos cometidos por las dictaduras militares,

Pero además,  no dejó pasar por alto que, en la actualidad, también la democracia es amenazada por movimientos golpistas, como el sucedido entre agosto y octubre de 2008, “cuando grupos cívicos y oligarcas pretendieron derrocar al gobierno”.

“El año 2008 se definió el destino de Bolivia porque el pueblo y sus organizaciones sociales se movilizaron contra todo apresto que pretenda interrumpir el proceso de transformaciones estructurales que llevamos adelante desde 2006”, dijo Morales.

Y advirtió que, si bien los partidos de derecha no tienen propuestas, se han dado a la tarea de infiltrarse en algunos movimientos sociales para enfrentarlos con el gobierno. También acusó que esa nueva estrategia de la derecha “está manipulada por Estados Unidos a través de sus agencias de cooperación y de organismos no gubernamentales”.

Sobre la situación actual del país, el presidente boliviano destacó que el pueblo debe comprender que “no se puede solucionar en cinco años problemas que se arrastran hace centenas de años, por lo que es necesario fortalecer la unidad y las medidas para superar la pobreza y la crisis sociales”.

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