El gobierno boliviano decretó ayer “emergencia nacional”, con énfasis en cinco de los nueve departamentos del país, a raíz de las torrenciales lluvias y aguaceros que dejaron hasta la fecha unos 10 muertos y más de 22.000 familias afectadas. “Se declara situación de emergencia de carácter nacional en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, debido a los efectos adversos de inundaciones, riadas, granizadas, deslizamientos y desbordes de ríos que se vienen suscitando en el país”, dice el decreto firmado por el presidente Evo Morales Ayma.
“Hemos emitido un decreto supremo declarando emergencia nacional para que se atiendan los deslizamientos y desastres naturales”, informó Evo.
Las condiciones meteorológicas adversas recrudecieron en las últimas tres semanas, según un reporte de la oficina gubernamental de Defensa Civil, a raíz del fenómeno climático de El Niño. El decreto señala que la emergencia nacional se aplicará con énfasis en las regiones más afectadas por las lluvias y aguaceros: La Paz (oeste), Santa Cruz (este), Cochabamba (centro), Chuquisaca (sureste) y Beni (noreste).
La oficina de Defensa Civil, en su último reporte, informó que hay unos 10 muertos desde principios de enero, principalmente por ahogamiento en zonas inundadas, y más de 22.000 familias afectadas.
Se prevé que por la magnitud de los daños la norma sea ampliada a otros departamentos o municipios, “cuya situación de peligro pueda afectar la normalidad de la vida en su territorio”, agrega el decreto. En tanto, el Ministerio de Defensa y Defensa Civil serán los encargados de coordinar con otras instancias técnicas las labores de emergencia para los departamentos bolivianos.
Cerca de 40 por ciento del total de familias afectadas se encuentran en la fértil región de los llanos de Santa Cruz, aunque una de las principales preocupaciones del gobierno se dirigía hacia el departamento amazónico del Beni, donde confluyen los principales ríos bolivianos y que desembocan en el río Madera (o Madeira) de Brasil. Asimismo, el poblado de Trinidad, de unos 120.000 habitantes y capital del Beni, se encontraba en alerta, porque el nivel de las aguas se encontraba a pocos centímetros de rebasar diques en dos comunidades cercanas: las de Puerto Almacén y Loma Suárez.
En tanto, las labores de emergencia civil se concentraron ayer en una barriada al sur de La Paz, donde las lluvias provocaron el jueves un deslizamiento de tierra que destruyó 70 casas, habitadas por 118 familias, sin dejar heridos ni muertos. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, las lluvias continuarán durante febrero.