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Boda Real: ¿un cuento de hadas económico?

Los pubs estarán abarrotados, los súbditos de Su Majestad gastarán sin contar, los turistas afluirán y las tazas de recuerdo se venderán como pan caliente.

Los pubs estarán abarrotados, los súbditos de Su Majestad gastarán sin contar, los turistas afluirán y las tazas de recuerdo se venderán como pan caliente. Sin embargo, pese a los aires de cuento de hadas económico, la boda de Guillermo y Kate no será el “premio gordo” anunciado.

A priori, la boda real es una excelente noticia para una economía británica sumamente necesitada. “¡Mil millones de gracias, Guillermo!”, tituló <The Sun> tras el anunció en noviembre, felicitándose del futuro maná financiero.

La estimación más optimista, la de la consultora Verdict, apuesta por 630 millones de libras (715 millones de euros, 1.030 millones de dólares) de ingresos para el país.

Cabe destacar que los principales ganadores serán los pubs, que podrán permanecer excepcionalmente abiertos unas horas más, y los supermercados, que se beneficiarán de los picnics y otros ágapes familiares para celebrar el acontecimiento en todo el reino.

Por su parte, los profesionales del turismo también se frotan las manos.

Casi 600.000 turistas adicionales son esperados a finales de abril en Londres, lo suficiente para aumentar las reservas de los trenes Eurostar (+ 30 por ciento) que unen el Reino Unido al continente y de los hoteles.

La boda también anima a las tiendas pequeñas. El “centro de investigación para el comercio detallista” predijo por ejemplo que 3,5 millones de tazas con la imagen de la joven pareja pronto ornarán los aparadores del mundo entero.

Incluso los padres de Kate Middleton, cuya empresa vende todo tipo de artículos para fiestas por internet, lanzaron una nueva gama de platos de cartón con escudos de armas casi reales para la ocasión.

En otra iniciativa destacada, un cervecero de Nottingham (centro), Castle Rock, producirá 70.000 botellas de una cerveza especial “Kiss Me Kate” (“Bésame Kate”)…

Pero todas estas tazas de porcelana, platos de cartón y botellas de cerveza reunidas sólo generarán como máximo un centenar de millones de libras (163 millones de dólares, 113 millones de euros), una cantidad insuficiente para enderezar las cuentas de un país que pide prestado cien veces más para llegar a cada fin de mes.

Sobre todo cuando –mala noticia– la boda podría costarle más a la economía que lo que le aportará, por culpa del festivo decretado por el gobierno.

Según un cálculo de la patronal británica, cada día festivo hace perder 6.000 millones de libras a la economía del país. Y el del 29 de abril tendrá un impacto particular, porque estará intercalado entre otros dos días inhábiles.

Pero los expertos no se lo acaban de creer. “Habrá a lo mejor un ligero efecto transitorio. Pero los grandes desarrollos de la economía, como la disparada de la inflación, tienen mucho más impacto” en el comportamiento de los británicos, aseguró Howard Archer, analista de Global Insight.

Su colega Richard Lowe, de Barclays Capital, piensa en el impacto a más largo plazo. Cree que “Kate Middleton tendrá el mismo efecto benéfico que Michelle Obama” sobre las marcas británicas que decida vestir. Es tal vez lo más importante, subraya Robert Jobson, un especialista de la realeza, para quien “Kate y Guillermo son una baza de futuro para el «Made in the UK» en general”.

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