Un anciano de voz ronca canta canciones sentimentales que son inseparables de la voz de Frank Sinatra: se trata del nuevo disco de Bob Dylan, que sale a la venta mañana. Quizá la nueva obra defraude a sus fans y a los expertos que buscan minuciosamente la genialidad en cada sonido pero, sobre todo, en cada frase de Bob Dylan. “Shadows In The Night” no contiene ni una palabra escrita por el que quizá sea el autor de canciones más importante de los últimos 50 años. Y tampoco ese sonido “country-folk-blues” de su alabado último disco.
Es un álbum con diez nostálgicas baladas que en su momento interpretara Frank Sinatra (1915-1998), un cantante de voz inmaculada al punto de haber sido llamado directamente “La Voz”. El canto nasal y ronco de Dylan nunca fue inmaculado, por lo que su acercamiento a clásicos del cancionero estadounidense como “Autumn Leaves” o “That Lucky Old Sun” ya es valiente de por sí. Pero aún más si se tienen en el oído esos temas en la voz dorada del barítono de cuyo nacimiento se cumplieron cien años el 12 de diciembre.
Pero Dylan, de 73 años, no sería Dylan, ese amante de la música sin fronteras, si hubiera entendido este disco -uno de los pocos de covers en su larga carrera- como irónica reverencia ante un ícono que ya no se puede defender. Dylan quiere honrar realmente a Sinatra y con su voz ya gastada canta los temas con todo el garbo posible. Y además acompaña las conocidas melodías con su acreditada banda de forma acertadamente sentimental, sin los típicos instrumentos de arco de Sinatra, pero con festivos vientos y una “pedal steel guitar” (Donny Herron) que confiere a algunas canciones una atmósfera surrealista, ligeramente cursi.
“Durante todos estos años escuché esos temas en grabaciones de otras personas. Quería hacerlos yo mismo”, relató Dylan en una de las pocas entrevistas recientes sobre su entusiasmo por las famosas canciones de Sinatra, escritas en general por compositores como Johnny Mercer o Irving Berlin. Y destacó que con clásicos como éstos no se deben hacer experimentos: “Amo estas canciones y por eso no soy ni un poquito irrespetuoso con ellas. Demolerlas sería un sacrilegio”, afirmó.
En cuanto a la voz, lo tiene claro: “¿Acaso alguien me va a comparar con Frank Sinatra? Seguramente harán bromas. Para mí ya es un gran elogio que me nombren en la misma frase. Nadie se le puede acercar”.
Con tanta veneración, los clásicos de Sinatra como “Stay With Me” o “The Night We Called It A Day” suenan en las interpretaciones de Dylan tan tiernas como pocas veces se lo oyó.
Pero volviendo a los fans, para ellos “Shadows In The Night”, de sólo 35 minutos, quizá no sea más que un paso intermedio antes de la próxima obra maestra de “His Bobness”. O quizá un paso en falso. Pero lo cierto es que quien no sea tan experto en Dylan disfrutará de este pequeño disco que un gran artista dedica a uno de sus mayores ídolos.
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