El oficialismo santafesino no detiene la exposición de sus diferencias internas, que se exhiben al calor del cierre de listas para los comicios de 2011 que opera el 21 de febrero próximo. El gobernador Hermes Binner volvió a sacudir ayer al senador Rubén Giustiniani, dispuesto a dar pelea en las primarias por la candidatura a gobernador. “Quiere ser gobernador porque el año pasado fue elegido senador por seis años y no le gusta”, disparó el mandatario, quien consideró “individualista” la posición del titular del PS. En tanto, harto de que lo candidateen a cuanto cargo existe, el intendente Miguel Lifschitz se sacudió ayer las especulaciones que recaen sobre su figura. “Yo no estoy en oferta”, aclaró, y dijo que todavía falta mucho para fines de febrero, cuando deba adoptar una determinación sobre su futuro político.
Desde antes de fin de año, el binnerismo salió a esmerilar la candidatura a gobernador de Giustiniani, quien anunció que recién la lanzará en febrero próximo. El argumento central es que si va por la gobernación, dejará al socialismo sin el único senador nacional que posee.
En rigor, los hombres de Binner ven que ante la imposibilidad de jugar la figura de su principal elector en los próximos comicios, el resto de los sectores internos del PS y los demás partidos del Frente Progresista se animan a disputarle la conducción al gobernador.
Binner repitió ayer por los micrófonos de LT8 que “es una situación incomprensible que el socialismo pierda el único senador nacional que tiene” en una candidatura a gobernador. También sostuvo que Giustiniani atesora “una concepción de individualismo que nosotros no compartimos”.
El gobernador marcó como diferencia con el titular del PS el diálogo que su gestión necesita mantener con el gobierno nacional, que Giustiniani obstruiría. “Nosotros planteamos la necesidad de un diálogo con el gobierno nacional”, dijo.
Fundamentó esa necesidad en que él está “gobernando y tenemos que resolver problemas prácticos y los problemas prácticos tienen nombre y apellido: salud, trabajo, educación”.
“Todos ellos tienen una determinada correlación con el gobierno nacional, es necesario que eso ocurra”, agregó en relación con el diálogo que, según su visión, Giustiniani le obstruye al hacer causa común con el denominado Grupo A.
En ese marco, Binner consideró que la intención de Giustiniani de postularse “se transforma en algo eminentemente personal, una persona que quiere ser gobernador porque el año pasado fue elegido senador por seis años y no le gusta”.
“La verdad –arremetió– que es una situación incomprensible que el socialismo pierda el único senador nacional que tiene”.
Ni saldo, ni retazo
Por su parte, el intendente Lifschitz salió ayer a aclarar que su figura y peso político no están disponibles en la mesa de saldos y retazos.
“Yo no estoy en oferta, ni tampoco estoy buscando ninguna candidatura; estoy muy enfocado en la tarea que tengo entre manos a lo largo de este año y ése es un objetivo fundamental”, dijo el intendente en contacto con la prensa.
Aclaró que “hay tiempo para analizar y conversar distintas posibilidades” hasta el 21 de febrero, cuando venza el plazo para la inscripción de listas. Y añadió que no existe candidato natural para la ciudad en las filas del socialismo.
“Yo creo que en cada momento hay que buscar las mejores alternativas, en función de un proyecto político, en función del futuro de una construcción en la que venimos trabajando hace muchos años, que hoy tiene grandes desafíos nacionales, también en la provincia y en la ciudad”, dijo.
Por último, el jefe comunal rosarino sostuvo que ya tiene un delfín para ocupar el cargo que, presumiblemente, dejará en diciembre de este año en el Palacio de los Leones. “No quiero mencionar nombres, pero ya tengo uno”, aseguró misterioso.
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