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Binner bajó el tono, pero la posta moralista la tomó otro

El viceministro de Gobierno echó más leña al fuego de la polémica que anima un verano sin receso.

Ezequiel Nieva

El secretario de Gobierno de la provincia, Mario Drisun, echó un poco más de nafta al fuego de la gran polémica política del verano: el enfrentamiento –verbal– entre el gobernador Hermes Binner y cada uno de los sectores internos del justicialismo. Drisun apuntó sus cañones directamente hacia el senador Juan Carlos Mercier: “¿Cuál es la moral que permite al PJ sostener ideólogos que participaron de los gobiernos de facto y luego ejecutaron las políticas de achicamiento del Estado en detrimento de los derechos ciudadanos”, se preguntó el funcionario, recordando el pasado del actual senador.

En un comunicado difundido apenas unas horas después de que Binner saliera a poner paños fríos a la disputa –con aclaraciones de sus dichos referidos a la “inmoralidad” del PJ–, el número dos del ministro Antonio Bonfatti disparó con munición gruesa contra la oposición. Drisun retomó el concepto enunciado a principios de semana por el gobernador –“inmoralidad”– y lo asoció con los mecanismos de selección de jueces y de miembros del Tribunal de Cuentas vigentes hasta la asunción del actual gobierno.

“La sociedad santafesina observa con satisfacción y tranquilidad por estos días hechos paradigmáticos como la sanción al ex juez Víctor Brusa por violaciones a los derechos humanos, la rectificación del fallo en el caso Fraticelli o la anulación de la jubilación de privilegio mal otorgada al ex juez de la Corte (Suprema de Justicia de la provincia) Rodolfo Vigo: causas que no habían sido resueltas, poniendo al desnudo situaciones de connivencia entre la mala política y los distintos niveles del Estado”, dijo Drisun.

“Hay todavía cuestiones básicas de la sociedad que quedan por saldar, pero es innegable que la Justicia y la calidad institucional en materia de control de los actos de la administración pública avanzan en la provincia de Santa Fe, donde hoy el Poder Ejecutivo ya no designa arbitrariamente a los magistrados y a los integrantes del Tribunal de Cuentas”, agregó el secretario de Gobierno de la provincia.

“A tal fin, se establecieron mecanismos para que las mujeres y hombres más idóneos y comprometidos con la democracia accedan a esos cargos a través de concursos públicos de oposición y antecedentes. En ese mismo sentido, se estableció un sistema de selección para el ingreso a la administración pública y se restablecieron los concursos para la carrera administrativa, con acuerdo de los gremios”, continuó.

Luego, en la misma línea de las declaraciones de Binner –que el lunes había hablado de “25 años de inmoralidad en la provincia” y el miércoles suavizó la sentencia aclarando que no se refería puntualmente a ninguna gestión sino a una “situación de inmoralidad”–, el secretario de Gobierno agregó: “Se está poniendo freno a la inmoralidad y a la impunidad en nuestras tierras. No sólo por la acción de un gobierno en particular sino también por un mayor nivel de madurez y conciencia ciudadana y de las instituciones de la sociedad civil, que se manifestó oportunamente, por ejemplo, para reclamar la anulación de la absurda ley de lemas, que permitió, durante tantos años, burlar la voluntad de las mayorías en nuestra provincia”.

 Contrastes de gestión

 Más adelante, Drisun repasó  algunas de las políticas instrumentadas por el PJ tras la recuperación de la democracia y puso como contracara el abordaje de la actual gestión sobre los mismos puntos: “La educación pública sin proyecto, con edificios derruidos, con escasos bancos para dar respuestas a las crecientes necesidades, obligó al gobierno del Frente Progresista a crear 186 escuelas nuevas para cumplir con la obligatoriedad de la escolaridad secundaria dispuesta por la ley nacional, además de la titularización de diez mil maestros, que en algunos casos llevaban más de veinte años sin poder concursar”.

“Ciudadanos obligados a mendigar el derecho a la salud en largas esperas para resolver necesidades sanitarias básicas, en hospitales sin proyecto de crecimiento estratégico que se convirtieron en inhabitables edificios con paredes húmedas y descascaradas, con trabajadores en gran parte desmotivados por la impresión de que ya nada se podía cambiar. Esto también es inmoralidad. Para subsanar esta situación, el gobierno de Binner puso en marcha una profunda reestructuración del sistema público de salud, que contempla la construcción y equipamiento de ocho nuevos hospitales y 80 centros de atención primaria de la salud en toda la provincia. Esta política de acceso universal e igualitario a la salud ya consiguió, entre otros logros, la disminución del índice de mortalidad infantil”, siguió enumerando Drisun.

“Es inmoral que casi la mitad de nuestra población no tenga agua potable que le permita vivir con dignidad. El gobierno progresista formuló un plan para abastecer a todos los ciudadanos de la provincia, a través de la construcción de un sistema de doce grandes acueductos. Y mientras tanto, se asiste a las poblaciones más perjudicadas y se proveen soluciones puntuales para permitir el autoabastecimiento”.

 “¿Esto es moral?”

 Sobre el final del comunicado, el funcionario de la cartera política de la administración socialista guardó los palos, todos dirigidos al senador Mercier, autor intelectual de los cambios que la oposición introdujo en el presupuesto elaborado por el gobierno y que redundarán en unos 600 millones de pesos menos para las arcas de la provincia durante 2010. “Mercier, consciente de que los recursos son necesarios para dar respuestas a las necesidades de nuestro pueblo a través de la inversión social, recorta el presupuesto y modifica la reforma tributaria beneficiando con esto a los sectores concentrados de la economía que ahorran 600 millones. ¿Esto es moral?”, se preguntó Drisun.

Y de inmediato enumeró  algunas de las gestiones de Mercier a lo largo de su dilatada trayectoria en la administración pública provincial: “¿Qué moral lo llevó a definir la privatización del banco de fomento de los santafesinos? ¿Cuál es la moral que permite a los distintos sectores del PJ unirse para achicar el presupuesto y realizar un brutal recorte de tributos, que debían aportar los sectores de mayor capacidad contributiva de nuestra provincia para garantizar los derechos de la mayoría? ¿Cuál es la moral que permite al PJ sostener ideólogos que primero participaron de los gobiernos de facto y luego ejecutaron las políticas de achicamiento del Estado en detrimento de los derechos ciudadanos?”. Con esa última pregunta, Drisun le recordó a Mercier su pasado procesista: el actual senador por el departamento La Capital fue funcionario del Ministerio de Economía en 1982, y después comandó esa cartera bajo las dos gestiones de Carlos Reutemann como gobernador.

“El proyecto de gobierno del Frente Progresista, su propuesta de inversión social, no sólo fueron votados democráticamente en las urnas; también fueron ratificados en proyectos concretos surgidos de las asambleas ciudadanas masivas, realizadas en todo el territorio, donde se consensuó un plan estratégico a veinte años para garantizar el cumplimiento de los derechos de todos los santafesinos. La convocatoria es a unirnos, no en defensa de un gobierno solamente, sino de los derechos de la mayoría de los ciudadanos. Este gobierno, moral, trabaja para esto”, finalizó Drisun.

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