El Hincha

World Rugby

Bill Beaumont prometió cambios y la búsqueda de consenso entre el Norte y el Sur, ¿podrá lograrlo?

El inglés fue reelegido como presidente de World Rugby. En su primera conferencia de prensa manifestó que La Liga de las Naciones podría reflotarse, idea de Agustín Pichot que no prosperó y ahora sorpresivamente el Seis Naciones no tendría inconvenientes en aceptar, incluso con ascensos y descensos


Bill Beaumont en su primera conferencia de prensa como presidente reelecto anunció que es probable la Liga de las Naciones

El lado positivo de las elecciones en World Rugby, que tuvieron quince días de campaña de Agustín Pichot con el eje principal en el “Juego Global”, más una plataforma de gobierno para el mundo del rugby, provocó que a menos de 24 horas de haber sido reelegido, Bill Beaumont haya declarado que puede reflotarse el proyecto de La Liga de las Naciones, idea del ex capitán de Los Pumas en 2019 mientras era vicepresidente de la entidad madre del rugby mundial.

Dicho proyecto encontró como rivales al Seis Naciones (votaron a Beaumont) y al sindicato de jugadores, que al ver afectados sus intereses generaron presión en aquel momento sobre Beaumont, quien terminó por enterrar la idea y así quebrar la relación con su compañero de fórmula.

Hoy Beaumont parece reflotar la idea de Pichot y además está analizando otros cambios, también ideados por el ex medio scrum del Casi. “Creo que bien podría haber un apetito por poner las dos ventanas juntas. Podría ser el norte yendo hacia el sur en un mes e inmediatamente después el sur vendría hacia el norte al mes siguiente. Pero tenemos que llevar a todos los interesados con nosotros”, dijo Beaumont.

El dirigente británico reveló que habían comenzado conversaciones “en estado embrionario” con representantes de ambos hemisferios, así como con el sindicato internacional de jugadores de rugby.

“Habrá una revisión de gobernanza independiente, que sería presidida por el presidente de la Asociación Olímpica Británica y ex ministro de deportes, Hugh Robertson, y uno de los te-mas son las propuestas para alterar las reglas internacionales de elegibilidad. Permitiría a los jugadores que podrían haber jugado en un torneo de seven o haber jugado un test para una nación de nivel uno, regresar a su país de origen. Sólo creo que da la oportunidad a algunos países que tienen recursos limitados para sus jugadores”, aseguró.

La presentación de Pichot para competir mano a mano con Beaumont no fue casualidad. World Rugby siempre fue presidida por el norte, no sólo relegando al sur en la toma de decisiones, sino también de beneficiar y proteger intereses europeos, en especial equipos británicos, por sobre el resto. Y la elección hizo pública la grieta entre el norte y el sur, más cuando Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica apoyaron abiertamente a Pichot. “Pase lo que pase en la vida, no todos estarán de acuerdo contigo. La pregunta es tratar de llegar a un consenso”, expresó.

Beaumont tendrá cuatro años más para gobernar, con 68 años sabe que es su última oportunidad de agrandar mucho más su legado. Fue capitán de Inglaterra y de los British & Irish Lions; mánager del combinado que nuclea a los mejores jugadores británicos; y presidió la RFU (NdR: Rugby Football Union). Pero en sus primeros cuatro años al frente de la entidad madre del rugby mundial fue tibio, no hizo grandes cambios, y sólo abrió los ojos cuando había una amenaza a su reelección.

“Me gusta pensar que durante toda mi administración de rugby he podido llegar a un consenso, y tengo cuatro años para hacer una diferencia por el poder de la persuasión” dijo.

Pese a ello, Beaumont afirmó hoy su impresión de que “las Seis Naciones quieren formar parte del Campeonato de Naciones” y que su tarea como jefe del rugby mundial es “obtener el consenso de todos los participantes” para llevarlo a cabo.

“Podrían competir todos los países que juegan en las ventanas (junio-julio y noviembre) y además habrá campeonatos inferiores para las naciones emergentes, con el objetivo de que puedan jugar al mismo tiempo en otra competición. Mejoraría sin ninguna duda la competitividad en la Copa del Mundo de rugby”, concluyó.

Se vienen tiempos difíciles para el mundo y el rugby no será la excepción, si la grieta entre norte y sur no se termina o se acercan posiciones, el juego lamentará mucho dicha división. Hay esperanza en la palabra de Beaumont, quien afirmó que buscará el consenso para el nuevo mundo ovalado que se viene. ¿Podrá?

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