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Berlusconi salió airoso de las regionales italianas

Pese a abstención récord, la centroderecha arrebató cuatro regiones clave a la centroizquierda.

Las elecciones regionales en Italia concluyeron ayer tras dos días de votación con una fuerte abstención, pero sin reflejar un voto castigo al jefe de gobierno de centroderecha, Silvio Berlusconi, quien pese a los escándalos por corrupción y sexo en su contra y a la pérdida de popularidad, logró arrebatar cuatro regiones clave a la centroizquierda, mientras se fortaleció el movimiento antiinmigración Liga Norte, el grupo más derechista dentro de la coalición de gobierno.

Las elecciones se celebraron en 13 de las 20 regiones del país, 11 de las cuales eran gobernadas por la oposición de centroizquierda. La coalición de derecha de Berlusconi gobernará en seis de esas regiones: Lazio, Calabria, Campania, Lombardía, Véneto y Piamonte. Mientras que la centroizquierda conservó 7 de las 13 regiones en las que se votó: Liguria, Emila-Romagna, Umbria, Toscana, Marche, Apulia y Basilicata.

El centroizquierdista Partido Democrático (PD), opositor a Berlusconi, llegó a las elecciones con 11 regiones en su poder, contra dos para el derechista Partido de la Libertad (PDL) del premier, y al cabo de los comicios se encuentra siempre en ventaja, pero ahora por siete regiones frente a seis.

En la importante región de Lazio, donde se encuentra Roma, se registró un récord de abstención, con una bajada de cerca 12 puntos, y la batalla fue voto a voto, entre la sindicalista de derecha Renata Polverini y la ex comisaria europea Emma Bonino.

“Una victoria sensacional, ya que Polverini partió en condiciones difíciles”, declaró el portavoz del gobierno de Berlusconi, Paolo Bonaiuti.

Cientos de simpatizantes salieron a festejar en la céntrica plaza del Pueblo al lado de la candidata romana.

El multimillonario Berlusconi se adjudicó sin dificultad también dos nuevas regiones del sur subdesarrollado: Calabria y Campania, esta última conquistada a la izquierda tras los escándalos por el mal manejo hace dos años de la recolección de basura.

En tanto, la derecha retuvo dos bastiones, Lombardía y Véneto, localizadas en el norte industrializado de la península. En Véneto arrasó con más del 60 por ciento de los votos el candidato de la xenófoba Liga Norte, Luca Zaia, ministro de Agricultura.

En Piamonte, la región de Turín, controlada hasta ahora por la izquierda, el vencedor fue Roberto Cota, candidato de la Liga Norte, tras una disputa hasta el último voto.

Por su parte, la izquierda retiene siete regiones, entre ellas sus dos baluartes “rojos”: Toscana y Emilia-Romagna y la sureña Apulia, donde se confirma la popularidad del gobernador Nikki Vendola, nueva figura progresista de la política italiana, quien es comunista, católico y homosexual.

El índice de abstención (63,6 por ciento) en los comicios que se desarrollaron el domingo y ayer fue particularmente alto, ya que un tercio de los 41 millones de electores desertaron las urnas. Fue el porcentaje de participación más bajo en los 15 últimos años, según indicó el ministro del Interior, Roberto Maroni, tras el cierre de las urnas.

Hasta hace tres meses, Berlusconi, en el poder desde 2008, soñaba con arrebatar a la izquierda cinco o siete regiones gracias a su popularidad, pero tuvo que reducir sus aspiraciones tras una serie de escándalos por corrupción y sexo dentro de su partido e irregularidades de sus militantes en la gestión de las elecciones.

Para muchos observadores, la agrupación de Berlusconi, el PDL, perdió consenso, lo que favoreció a la Liga Norte, gran ganadora de las regionales, que arrasó en Véneto con el 8 por ciento de votos más con respecto a su aliado. “Si supera electoralmente al PDL la Liga Norte va a cobrar duro su apoyo”, comentó el politólogo Marc Lazar.

“No vamos a enfrentarnos con el PDL, somos los ganadores y ahora queremos federalismo y reformas. Perdió la izquierda, quedó por tierra”, declaró, sin embargo, Umberto Bossi, líder nacional de la Liga Norte y aliado de Berlusconi. El mayor peso de la agrupación del controvertido Bossi, conocido por sus posiciones radicales en contra de la inmigración, cambia los equilibrios de la coalición gubernamental y podría terminar por alejar al aliado más moderado de Berlusconi, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini.

“Para el gobierno ha sido un test de mitad legislatura y en general los electores tienden a castigar al gobierno, como ocurre en otros países. Que premien a Berlusconi en un momento de crisis como el de ahora es un éxito”, declaró a la televisión el portavoz del gobierno, Paolo Bonaiuti.

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