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Berlusconi: “Mejor ser apasionado por mujeres guapas que ser gay”

El jefe de gobierno italiano realizó hoy estas polémicas declaraciones, involucrado de nuevo en un escándalo sexual.

Berlusconi, de 74 años, está en el punto de mira por haber organizado festines en su residencia privada de Arcore, cerca de Milán (norte), con chicas que cobraban 5.000 euros.

“Tengo un ritmo de trabajo infernal y me ocurre de vez en cuando lanzar una mirada a las mujeres bellas… Es mejor ser apasionado por mujeres que ser gay”, afirmó con su tradicional tono de broma durante la inauguración del Salón de la Moto, a las afueras de Milán.

La salida de Berlusconi cayó particularmente mal, ya que se le acusa de haber abusado de su cargo llamando personalmente a la jefatura de policía de Milán el 27 de mayo pasado para obtener la liberación de una menor de edad, la marroquí Ruby, acusada de robo, quien acaba de cumplir 18 años el 2 de noviembre.

El caso, que podría abrir las puertas a una crisis de gobierno, ha generado malestar dentro de la coalición de gobierno de centro derecha, así como en la oposición de izquierda, que pidió su renuncia.

La vida privada de Berlusconi y su política son blanco de fuertes críticas y su popularidad está bajando debido a la inmovilidad del gobierno frente a la crisis económica.

“La observación de Berlusconi es gratuita y vulgar y ofende no sólo a los homosexuales sino también a las mujeres”, reaccionó inmediatamente la asociación de defensa de los derechos de los homosexuales, Arcigay.

Berlusconi “vive en la edad de piedra, peor, en la era de las discriminaciones raciales, sexuales, étnicas y religiosas”, denunció su mayor crítico y opositor, el ex magistrado anti corrupción Antonio Di Pietro, líder del movimiento Italia de los Valores.

“En vez de chistes machistas debería renunciar y hacerse curar, está enfermo”, comentó por su parte Paolo Ferrero, del partido comunista italiano PRC.

“Soy una persona alegre, amo la vida y amo las mujeres”, declaró el dirigente hace tres días a los periodistas italianos que le interrogaban en Bruselas, tras finalizar el Consejo

Europeo, sobre el nuevo escándalo que sacude a la política italiana.

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