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Berlusconi encarriló su juicio de divorcio

“Herida en su orgullo”, su mujer le pide una pensión mensual de 3,5 millones.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y su esposa Veronica Lario se reunieron durante unas cinco horas en el tribunal de Milán y están a punto de llegar a un acuerdo sobre los términos de su separación con miras de un divorcio, indicó ayer la prensa italiana.

Durante una “audiencia de conciliación”, Berlusconi y Lario discutieron el sábado último en presencia de sus abogados, ante la jueza Gloria Servetti, fundamentalmente los aspectos financieros de su separación, después de treinta años de cohabitación y diecinueve de matrimonio.

“Están cerca de un entendimiento”, el encuentro fue “satisfactorio”, indicaron a los medios de comunicación testigos de la entrevista, que terminó a las 9 de la noche en un palacio de justicia desierto.

Su divorcio no podría ser pronunciado antes de transcurridos tres o cuatro años, teniendo en cuenta los plazos previstos en Italia.

Durante una primera entrevista, realizada el 21 de enero pasado, parecía difícil que los ex cónyuges llegasen a un acuerdo.

Además de una repartición equitativa de la fortuna de Berlusconi entre los hijos de su primer matrimonio y los tres nacidos de su segunda unión, Veronica Lario exigía una mansión cerca de Milán y sobre todo una pensión mensual de 3,5 millones de euros. Los abogados de Berlusconi consideraron que semejante pretensión era “exorbitante” y propusieron entre 200.000 y 300.000 euros mensuales.

De acuerdo con los medios de comunicación, Veronica Lario, de 53 años, logró quedarse con la residencia de Macherio, donde vive con sus hijos Barbara, de 25 años, Eleonora, de 23, y Luigi, de 21, pero recibirá una pensión alimentaria “muy inferior” a la que había solicitado.

El diario Corriere della Sera destacó en este sentido que Lario quiere esta separación sobre todo “porque su orgullo fue herido”.

En mayo de 2009, en una carta a los medios, Lario explicó que “no podía quedarse con un hombre que frecuenta a menores”, después de la participación de Berlusconi en la fiesta de cumpleaños de una napolitana de 18 años, Noemi Letizia.

Berlusconi, de 73 años, negó toda infidelidad, pero poco después, la prostituta de lujo Patricia D’Addario hizo revelaciones a la prensa sobre una noche tórrida con él y su participación en festines en Roma.

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