Enrique GenovarLos 41 goles en contra. Un número impensado para un equipo que tuvo como primer objetivo ser protagonista de la Superliga. Una cifra alarmante. Pero una estadística que al nuevo entrenador le sirvió. Es que el análisis de Bauza para elegir las piezas y así rearmar el rompecabezas que hoy es Central, estuvo basado en lo que sufrió el equipo en defensa en el último torneo.
Esta cantidad de goles la expuso el entrenador el miércoles pasado cuando tuvo el primer mano a mano con la dirigencia. Y este martes, en conferencia, la repitió en más de una oportunidad.
Los equipos para los entrenadores como el Patón se arman de atrás para adelante. Y la excursión que hará el director deportivo en el mercado de pases estará centrada en la contratación de defensores.
El primer pedido de Bauza fue de cuatro jugadores. Entre ellos un arquero, un lateral, un zaguero central y un volante. Todos ellos con características defensivas. Todos ellos para rearmar el funcionamiento defensivo de un equipo que terminó pasándola mal con equipos de poca monta.
Los 41 goles le sirvieron al entrenador. La mejor lectura del presente pasa por las matemáticas. Y esos goles son irrefutables y marcan todo el sufrimiento que tuvo el equipo en la última temporada.
Bauza comenzó a buscar la medicina a un equipo que padeció en su propio arco lo mal que jugó en la mayoría de los partidos de la pasada y rápidamente olvidable Superliga.
Después llegará el tiempo de armar de mitad de cancha hacia adelante para hacerle frente al otro gran problema que tuvo: la falta de gol. Pero primero hay que atacar el déficit defensivo y por esto la lectura del entrenador es acertada.
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