Policiales

Rodríguez al 4000

Barrio Itatí: puntazo fatal para changarín que saltó a defender a su hermana

Raúl "Changa" Orellano tenía 32 años y había llegado a Rosario del Chaco hace unos catorce. Durante los festejos de Año Nuevo se trenzó en una pelea a puños con quienes, se cree, le faltaron el respeto a su familia. Recibió un cuchillazo en el pecho y murió en el Heca hacia las 4 de la mañana


En Villa Centeno se escuchó que los agresores “están fugados y la Policía los está buscando”.

Raúl Oscar Orellano había llegado del Chaco hace unos catorce años. Le decían Changa por una buena razón: nunca trabajó en blanco, y se ganaba la vida podando árboles y cortando pasto para una pequeña cantidad de clientes de confianza. Tenía 32 años y vivía con su familia en barrio Itatí, también conocido como Villa Centeno. La madrugada del 1° de enero la pasó entre asado y tragos. La celebración tuvo un corte abrupto –según contaron vecinos– cuando el Changa le salió al cruce un grupo que hizo un comentario desubicado a su hermana.

Siguió una pelea a las trompadas hasta que uno de sus contrincantes sacó un cuchillo y le asestó un puntazo en el corazón que le drenó la vida poco después, camino al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). “Hasta ahora no podemos entender lo que pasó. Es como una pesadilla de la que no podemos despertar. Nunca se metió con nadie”, dijeron sus allegados.

En Centeno y Rodríguez, esquina donde un manchón de sangre marca el punto exacto de la agresión que le costó la vida al Changa, había pasado el mediodía de este miércoles grupos de vecinos reunidos bajo los árboles. Nadie quiso brindar precisiones sobre la pelea nocturna y respondieron las preguntas de El Ciudadano con monosílabos. Ocurre que el homicida “es de la zona” y es por obvias razones no quieren involucrarse, indicaron por lo bajo algunas personas.

A unos cuarenta metros del lugar, los hijos pequeños del Changa jugaban en la entrada de un pasillo. “No sabemos cómo decirles todavía que murió su papá”, contó la viuda del hombre.

A partir de su relato se supo que Raúl Orellano comenzó a hacer el fuego para el asado de fin de año a las 19. La noche barrial transcurrió en un clima festivo hasta que los cruces de palabras, quizá avivados por el consumo de alcohol, derivaron en una recia contienda a trompadas con al menos dos personas, ya bien entrada la noche.

Al momento en que el Changa cayó malherido, su viuda contó que ya estaba durmiendo junto con sus hijos. Aun así, pudo reconstruir lo que ocurrió en torno de las 3 y pico de la madrugada. “Hubo una pelea de puño por un problema de la hermana. A ella le dijeron cosas, le faltaron el respeto y él saltó a defenderla. Me avisaron cuando estaba tirado en el piso. Le pegaron la puñalada bien en el corazón”, dijo evitando las lágrimas.

La ambulancia nunca llegó, o bien ya sabían de antemano que era inútil esperar: “Un cuñado lo llevó al Heca. Pero ya estaba muerto”.

La mujer consideró necesario dejar en claro que el Changa “trabajaba. No estaba en la droga, ni se drogada. Podaba árboles y hacía changas. Incluso ahora tenemos que avisarles a sus clientes que no podrá ir a trabajar”.

La investigación del homicidio quedó en manos de la fiscal en turno, Marisol Fabbro. Desde el Ministerio Público de la Acusación dijeron que “hay medidas en reserva en curso” para esclarecer el caso.

“Los primeros testimonios dieron cuenta de que la víctima mantuvo una discusión posiblemente con dos personas no identificadas al momento y fue agredido con arma blanca en zona de tórax. Herido de gravedad, es trasladado por un familiar al Heca donde fallece alrededor de las 4”, especificaron los voceros judiciales.

En cambio, en el barrio se escuchó que los agresores “están fugados y la Policía los están buscando”.

Comentarios