Hace más de cien años, la zona denominada como “Puerto Norte” era esencialmente el punto de llegada y partida de los barcos para el intercambio comercial cerealero, pero hoy en día engloba a una serie de complejos de viviendas.
Puerto Norte incluye, además de los complejos habitacionales con ammenities, amarraderos privados, guarderías náuticas, edificios de oficinas y locales comerciales, espacios públicos y un museo en silos reciclados.
En el siglo pasado el río era percibido solamente como punto de llegada o partida de embarcaciones o punto final de una red ferroviaria, y hoy es concebido como marco habitacional, según coinciden diversos arquitectos y especialistas inmobiliarios.
El boom sojero rosarino provocó un efecto cascada en la ciudad: no sólo disponen de buenos recursos los empresarios agrícola-ganaderos sino las industrias y los comercios de la región, que vuelcan sus excedentes en inversiones inmobiliarias como resguardo de valor.
Además del tema del complejo sojero, existen características de las construcciones del interior del país, que las convierten en inversiones atractivas; como el valor del metro
cuadrado, que es menor al de la Capital Federal, y la mano de obra, que también es más económica.
Germán Gómez Picasso, arquitecto del sitio especializado Reporte Inmobiliario, consideró que Puerto Norte convierte a Rosario en la segunda ciudad de desarrollos inmobiliarios del país, detras de Buenos Aires. En la opinión del profesional, Puerto Norte “le suma a la ciudad, la revaloriza, la integra al río”. A su criterio, el proyecto “es de mucha escala y de muy buena calidad y supera a los ya existentes en la ciudad santafesina”.
El antiguo puerto industrial rosarino se va convirtiendo en un barrio residencial. Uno de los inversores es la desarrolladora TGLT que con un desembolso de 60 millones de dólares levanta en el lugar un complejo habitacional de 76 mil metros cuadrados
denominado Forum de 11 edificios, que dedicará 10 a residencias y uno para oficinas.
El complejo de TGLT contempla el reciclado de gran parte del patrimonio edilicio, combinándolo con edificios nuevos, oficinas y locales comerciales.
La desarrolladora presentó la semana pasada sus modelos de lofts emplazados sobre la barranca del río, en unidades de 50 metros cuadrados que se comercializarán a un promedio de 2.500 dólares el metro cuadrado.
Otro de los grandes emprendimientos que se levanta en Puerto Norte es el que contempla el reciclado de silos antiguos. Uno de los ejemplos es el museo de arte Macro que se constituye en una suerte de tubo ancho de ocho pisos dedicados a diversos ítems, que incluye un mirador con una vista de la zona portuaria y al puente Rosario-Victoria.
En septiembre se inaugurarán las torres Dolfines Guaraní, que son las más altas de Rosario, y que incluye el edificio residencial Torre Embarcadero y el complejo de oficinas Nordlink.
El listado de obras en la zona abarca también al complejo Ciudad Ribera, un proyecto mixto de viviendas, oficinas y locales de 26 mil metros cuadrados de terreno a cargo de la desarrolladora Ingeconser.
Por su parte, Condominios del Alto es un complejo residencial de baja altura a pasos del Alto Rosario Shopping, construído a manera de barrio cerrado.
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