Tras 16 meses de acaloradas discuciones, Barack Obama parece encaminado a lograr en los próximos días el mayor triunfo en lo que va de su presidencia. Pese a este panorama alentador, el resultado de la votación aún es incierto, ya que los demócratas reconocen que todavía no cuentan con el apoyo de los 216 legisladores necesarios para aprobar la ley.
La apuesta no podría ser más elevada, ya que una victoria en un tema donde tantos de sus predecesores fracasaron, lo pondrá en el escalón de los grandes reformistas de la historia, y una derrota podría poner en jaque toda su agenda interna para los tres años que le quedan en la Casa Blanca.
La reforma, que se implementará en 10 años y costará 940 mil millones de dólares, busca extender el acceso a la atención médica a 30 millones de estadounidenses, la mayoría de bajos recursos, impedir que las prepagas nieguen cobertura por enfermedades previas y recortar el déficit en más de un billón de dólares.
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