Policiales

Tráfico y lavado

Banda de los 400 kilos tenía logística para bajar la cocaína en pistas clandestinas y distribuirla

Un investigador, que siguió por dos años a los cinco sospechosos que fueron detenidos este viernes, los definió como profesionales. Por indicios recabados constataron que usaban rutas y sacaban la droga por agua para abastecer a la región y para que llegara un cargamento cada 15 días a Buenos Aires


“A esta gente no le convenía demasiado introducirse en el narcotráfico rosarino, con todo lo que eso significa. Jugaban a otra cosa. Es más difícil andar a los tiros todo el tiempo que lo que hacían, que era muy profesional y más fácil”. Estas definiciones son de un investigador que durante dos años siguió de cerca los movimientos de la banda desbaratada este viernes, con el voluminoso secuestro de casi 400 kilos de cocaína máxima pureza en Villa Gobernador Gálvez, exhibidos en 369 panes frente a la sede de la división antidrogas de la Policía Federal de avenida Francia 1293.

Mientras el titular de la Fiscalía federal 2 de Santa Fe Walter Rodríguez prepara las indagatorias para los cinco detenidos, se fueron conociendo detalles de la operatoria de la particular organización, alejada de la lógica que impera en el mercado narcocriminal de Rosario: sangre y plomo, búnkers, tiratiros y homicidios. Por ahora, en el expediente no sobrevuela el nombre de los pesos pesado del territorio en esta ciudad. Y los cinco detenidos prácticamente eran desconocidos para las agencias penales tanto federales como provinciales.

A mediados de 2019, el dato llegó a Gendarmería: en un campo de la localidad de Larrechea, del departamento San Jerónimo y a media hora de Rosario, puesteros rurales habían visto que desde un avión arrojaban bultos. Poco después, para corroborar el rumor, agentes federales encubiertos fueron hasta el lugar y notaron la presencia de una aeronave.

“El avión estaba en condiciones de clandestinidad, no era un artefacto con autorización estatal”, describió el investigador sobre los orígenes de la causa.

“Fueron en otra oportunidad y encontraron personas que hacían movimientos extraños pero hasta ese momento sólo llamaba la atención. Se tomaron matrículas, con lo cual se corroboró que el comentario tenía verosimilitud. Se logró identificar a personas, detectar quiénes eran y dónde vivían. Y ahí vimos que el crecimiento patrimonial era incompatible con la condición fiscal”, destacó la fuente.

Lo demás fueron intervenciones telefónicas y el trabajo de investigación tradicional: “Llegamos a la conclusión de que esta gente tenía distintas pistas clandestinas y recibía droga para después hacer el negocio de la distribución”.

El cargamento era guardado en galpones y garajes; después las distribuían para el mercado local y otro de los destinos, era Buenos Aires. Para hacer esto, la banda tenía a una persona que se encargaba de la logística y contaba con la experiencia de dos transportistas de granos en las rutas argentinas. Así, usaban varias camionetas; en el garaje donde se incautó la droga había dos BMW, según se conoció este viernes en la conferencia de prensa que se hizo en la sede antinarcóticos de la Policía Federal, de avenida Francia y 9 de Julio.

La banda, compuesta por rosarinos y villagalvenses, era “profesional”, adjetivo que describe la prolijidad en su operatoria. Así lo destacaron los investigadores: “De acuerdo con algunos indicios, sacaban droga por agua, por algún puerto, tal vez el de Campana. Está comprobado que la mandaban Buenos Aires de manera quincenal”.

El investigador federal destacó que los operativos del viernes en Villa Gobernador Gálvez, Arroyo Seco, Rosario, General Lagos y Albarellos fue el cuarto intento de concretar allanamientos. En las tres anteriores, los pesquisas debieron echarse atrás por riesgo a perder la causa.

“En tres oportunidades estábamos con orden en mano. Y tuvimos que replegarnos por diferentes cosas. Esas tres oportunidades tenían que ver con vuelos de una pista clandestina que no pudimos ubicar, en el límite de Córdoba y Santa fe, en el sur”, recordó.

“El jueves por la noche –dijo el pesquisa– vino un dato aleatorio: se vieron las bolsas en un auto y no sabíamos que había. Pensamos que era poco. «Vamos a hacerlo», decidimos”. En un garaje de Villa Gobernador Gálvez, el personal de la Policía Federal encontró una lujosa camioneta BMW X5 atestada con 369 panes de la cocaína de máxima pureza, valuados en alrededor de 10 millones de dólares. El operativo se bautizó como Parking Blanco.

Este lunes cinco personas serán indagadas por el fiscal Rodríguez. Los principales investigados, trascendió, son Gustavo Núñez y Sebastián Romera, en carácter de organizadores. Además se los acusará de lavado de dinero junto con una mujer de nombre Jorgelina, ya que también incautaron una flota de 30 vehículos, una embarcación, documentación contable y registro de viajes al exterior, algunos de ellos al Caribe.

Los restantes serán indagados por el delito de miembros de la organización. A todos, en tanto, se los acusa de almacenamiento de estupefacientes. Los teléfonos de los detenidos serán peritados y en el hampa “puede llegar a crujir algún vínculo con la semejante pérdida económica”, avizoró el investigador federal.

Desarticularon banda narco y secuestraron casi 400 kilos de cocaína de máxima pureza

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