Cepa
“Cuando Argentina esté probablemente debatiendo si debiera pasar del objetivo de inflación del 5% anual que nos hemos fijado, a uno más normal del 2% anual, veremos con algo de asombro aquel momento en que convivíamos con inflaciones inusitadas y que nos parecían tan difíciles de vencer”
Federico Sturzenegger, 14 de diciembre de 2017
Los episodios de volatilidad cambiaria experimentados en 2018 reconfiguraron el esquema de política monetaria. Si bien las tasas de interés previo al primer episodio en el mes de mayo distaban mucho de reflejar la velocidad de baja que mostraban los relevamientos de expectativas de mercado, podemos decir que se sostenían en niveles promedio estables, y que tras la adopción del régimen de agregados monetarios prácticamente se duplicarían. Tal es el caso de la tasa de política monetaria y la tasa Badlar, que en promedio se ubicaban a mayo en 31% y 23%, para luego cerrar el año en torno al 50% y 60%, respectivamente. Todo esto en línea con un salto en el tipo de cambio de 100% en términos interanuales.
De este modo, la gestión Sandleris reemplazó el fallido esquema de metas de inflación por uno de agregados monetarios, arrancando con una tasa de Leliq en mínimos de 60%. La determinación de dicha tasa ahora quedaría a merced de la necesidad de absorción/expansión que el objetivo de crecimiento nulo de base monetaria exigiera y de los niveles de tasas que los bancos demandaran en cada licitación de Leliq. Si bien las Leliq aparecen en el marco de un discurso de desarme de la famosa “bomba” de Lebac, no parecen haber cambiado mucho el panorama inicial en cuanto al costo que representan estos instrumentos para el BCRA. Al mismo tiempo, el “apretón” monetario que implicó la adopción de este nuevo régimen terminó de golpear a la actividad económica, impactando fuerte en la producción industrial y en el consumo.
Conclusiones
Las altas tasas golpean fuertemente el crédito y la actividad económica. El veloz e importante crecimiento de depósitos de los últimos meses de 2018 fue aplicado por los bancos a Leliq, en detrimento del crédito.
El nuevo programa monetario ha contribuido a un deterioro notable en los indicadores de la actividad económica y, ni recesión mediante, ha logrado mostrar resultados en materia de inflación.
El reemplazo de Lebac por Leliq no parece haber traído grandes mejoras respecto de la situación inicial: el stock de Leliq ya representa un 97% del stock de Lebaq vigente al momento de empezar a desarmarse y la tasa se ubicó por encima del 60% para todo ese período.
Durante los primeros días de febrero la tasa de Leliq perforó el 50%, al mismo tiempo que el BCRA limitó la tenencia de los bancos en dichas letras y pases activos. Si bien la estabilidad cambiaria que hubo hasta la primera mitad de febrero parecía otorgar cierto margen para continuar bajando tasas, al ubicarse el tipo de cambio dentro de la zona de no intervención el BCRA se vio obligado a abandonar el sendero bajista, toda vez que, producto del acuerdo con el FMI, carece de herramientas distintas de la tasa y la venta de futuros para evitar que se dispare la cotización de la divisa estadounidense. Debe tenerse presente que el dólar llegó a cotizar a $ 40,5 en el mercado mayorista, lo que representaba un 5,9% de aumento en menos de una semana. Un nuevo salto en el tipo cambio complicaría aún más los números de inflación de 2019.
A partir de octubre de 2018 cae la actividad bancaria, con una caída del 10,5% interanual en diciembre pasado. Sin embargo, esa caída de la actividad bancaria no afectó a las ganancias y la rentabilidad de los bancos que, por el contrario, creció hasta ubicarse 11 puntos porcentuales arriba de la rentabilidad medida sobre patrimonio neto (ROE) de 2017, pasando de un 23,4% a un 34,4%. Ese aumento en la rentabilidad es explicado mayormente por los resultados por Leliq y otros títulos valores.
En último trimestre de 2018, el resultado de los bancos por Leliq y otros títulos valores ascendió a $ 149.502 millones, con un incremento interanual del 497%. En todo 2018 los ingresos por Leliq y otros títulos valores totalizaron para el sistema financiero $ 326.841,56 millones, viéndose incrementados en un 204% (106% real) respecto de los obtenidos en 2017 por Lebac y otros títulos valores.
Centro de Economía Política Argentina
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