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Noroeste

Baleada por niño de 10 años

Mujer de 35 años estaba internada grave luego de recibir un tiro en la cara gatillado en forma accidental por el chico, según la investigación. El dueño del arma, un vigilador, quedó detenido.


Una mujer de 35 años se encontraba anoche internada en grave estado tras haber recibido un tiro en el cráneo que le ingresó por el ojo durante una cena familiar en el barrio Ciudad Oculta de la zona noroeste. Tras una versión inicial donde los comensales aseguraron que el tiro había partido de motociclistas que pasaron por el lugar, su cuñado terminó reconociendo que había sido un disparo accidental por parte de su hijo de diez años, a quien este hombre, un vigilador, mandó a buscar el arma que recién había comprado.

Voceros del caso dijeron que el hecho se produjo anteanoche en una vivienda de Salvat al 2600, en la zona noroeste, alrededor de las diez. Allí recibió un tiro en la cara que le ingresó por el ojo Tamara P., de 35 años. Según dijo el dueño de casa, José J., de la misma edad, luego de trasladar a la víctima al hospital Eva Perón en su propio auto, habían pasado motociclistas mientras él y varias personas cenaban un pollo al disco en el patio delantero de su vivienda y habían disparado contra ellos: uno de los tiros, afirmó, había dado en su cuñada.

Mientras la mujer quedó internada en grave estado, junto con ella se quedaron en el hospital la pareja de José J., Gisela E., de 30 años, y un joven de 18, Nicolás R., que estaban en la vivienda cuando se produjo el disparo y quienes habían acompañado a la víctima en el auto.

Por orden del fiscal de Homicidios Rafael Coria el personal de la comisaría 34ª se trasladó al domicilio de José J., a quien le pidieron que contara cómo habían sucedido los hechos, y el hombre entró en evasivas, dijeron voceros del caso. Tras una inspección ocular los efectivos hallaron en el patio delantero de la vivienda, junto al disco donde habían cocinado el pollo, una vaina servida calibre 22 y un cartucho del mismo calibre.

Entonces, ante la contradicción, José J. fue trasladado por personal de la Policía de Investigaciones en calidad de arrestado a la seccional, donde en forma espontánea, dijo una fuente del caso, contó que en realidad el hecho había sido un accidente y que había descartado el arma en casa de un vecino.

Según voceros judiciales, el dueño de casa, quien trabaja como vigilador privado, había comprado un arma y se la mostró a los presentes: disparó un par de tiros al aire y la guardó en el auto. Pero alrededor de las diez de la noche llegó Tamara P. y ella le pidió que le mostrara el arma. “Este hombre mandó al hijo de 10 años a buscar el arma y cuando la estaba trayendo la recién llegada le dio un golpe en la mano al niño y se le escapó un tiro”, repitió una fuente del caso los dichos de José J., que coinciden con la declaración que dieron el niño y su madre.

Mientras Tamara P. se encontraba anoche internada en grave estado, todos los presentes fueron sometidos a pruebas de dermotest por orden de la Fiscalía de Homicidios. En tanto, el arma en cuestión, una pistola calibre 22, fue hallada en el patio delantero de una vivienda de Oncativo y camino de los Ladrilleros, donde José J. dijo que la había dejado. Este hombre quedó detenido a disposición del fiscal Rafael Coria.

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