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Análisis

Balaceras y muerte: la violencia y la teatralización del terror como reacción

Desde la llegada de Marcelo Sain a Seguridad se observa un escenario complejo armado por un sector que se opone a los cambios. Policías, bandas y la necesidad de cortar una complicidad que lleva años


Los asesinatos que desde el primer día del 2020 se vienen sucediendo en Rosario encendieron una vez más la alarma sobre la violencia. Son 14 crímenes en los primeros 12 días del año y varios hechos de violencia inusitada que suenan o parecen un mensaje mafioso. Es que además de las muertes, hubo ataques a balazos al Centro de Justicia Penal, al Servicio Penitenciario y al Casino, que este domingo terminó de manera trágica con un apostador fallecido.

¿Qué pasa? ¿A qué se debe semejante despliegue de violencia que coincide con un cambio en la gestión de Seguridad a nivel provincial?

Una alta fuente del Ministerio de Seguridad analizó los hechos. Y sostuvo que no les causa sorpresa porque cuando se corta la protección que determinados policías ejercían sobre las bandas, genera diversas reacciones ya que en el fondo lo que se está cortando es el flujo de dinero.

Hay dos planos desde donde analizar la violencia. Por un lado: “Al haber cortado todo vínculo de los jefes de las policías con las bandas se corta el sistema de protección y comienza una especie de desbande donde las segundas líneas de las bandas buscan acomodarse”, evaluó.

“Cada comisaría garantizaba una territorialidad. Así funcionan las Policías en todas partes. Garantizan algunos delitos. Pero cuando hay un corte de cabeza, lo que vemos es que determinados sectores reaccionan”, sostiene. Un dato a tener en cuenta es el despido de su cargo del jefe de Policía de la UR II, Claudio Romano. “No cumplieron con las expectativas ni siguieron con la línea de trabajo indicada”, sostuvo el ministro Marcelo Sain.

Sin embargo, lo que le cuestionaron es no tener una actitud enérgica contra el delito. “Romano no pudo controlar la calle. Todos sabíamos que iba a pasar esto. No hizo nada, le dieron la clave para el Ojo y el mapa del delito (los sistemas con los que cuenta el Ministerio de Seguridad para monitorear la calle en tiempo real a través de cámaras) y no lo usaron ni una vez. Además tenía vinculación con policías presos y procesados”, sostuvo el vocero.

“La Policía está toda a prueba. En Rosario van a esperar ver el trabajo del nuevo jefe para nombrarlo”, agregó.

La Policía analiza los dos planos en los que se mueven los problemas más graves de seguridad. Por un lado el reacomodamiento de bandas, por el otro los problemas interpersonales que terminan con personas muertas debido a la gran proliferación de armas.

Sin embargo, las balaceras que se sucedieron contra instituciones son una especie de teatralización del terror que en esta oportunidad dejó una persona fallecida. Una modalidad que comenzó hace más de un año y que se atribuía exclusivamente a bandas narcos, primero a Los Monos, después a Esteban Alvarado. Pero siempre sembró la duda sobre la complicidad policial que liberaba zona o armaba estrategias para que esto ocurriera.

La lectura sobre la balacera al casino de anteanoche es similar. Pasaron, tiraron y una bala terminó con la vida de un hombre que sólo intentó pasar una noche divertida. Salió a fumar y una bala lo mató. “Tiraron desde una moto. Hay árboles, vidrios. No hay manera que alguien desde una moto en movimiento apunte y le dé a una persona en la cabeza. Fueron al menos cuatro tiros. El asesino iba en moto. El objetivo era generar pánico”. “La idea es controlar la calle, sabiendo que va a pasar esto y ellos van a tratar de generar terror. Porque hay mucha gente que prefiere las cosas como estaban antes. Hay mucha plata de por medio”.

La llegada de Sain

El ministro Sain llegó en diciembre a Santa Fe. Una de sus primeras medidas fue la intervención de la Unidad Regional XVII del departamento San Lorenzo y con ella el pase a retiro de una treintena de altos oficiales y lanzó un duro mensaje al interior de la institución: “El policía que resiste va preso”. A su lado, el primer mandatario provincial lanzó: “Queremos una Policía que nos llene de orgullo”. El número uno fue el pase a retiro obligatorio de 31 jefes policiales que ya habían cumplido con la antigüedad necesaria de servicio en la repartición, entre ellos Marcelo “Conejo” Gómez, el ex jefe de la Unidad Regional II de Rosario, a quien días atrás denunció por incumplimiento de los deberes de funcionario público en lo que fue el primer cortocircuito del pase de gestión.

Otro hecho curioso ocurrió el martes pasado cuando funcionarios desplazados de sus cargos en la Dirección de Asuntos Internos intentaron llevarse documentación de las oficinas de Rosario en sus autos. La maniobra fue descubierta por Sain, quien les ordenó a los policías que devolvieran todo lo que habían sacado, dispuso un inventario del material y denunció el hecho ante Fiscalía.

Balaceras

El 10 de enero una casa amaneció con un balazo en una ventana. Se trata de la Secretaría de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe que se encarga de brindar informes sobre los detenidos en los penales provinciales. Su sede en Rosario, en una casa de dos plantas ubicada en una de las ochavas de Alsina y avenida Pellegrini. El proyectil atravesó la persiana de madera, rompió el vidrio y terminó su trayectoria en una pared interna.

El 3 de enero, cerca de las 0.15 dos personas en moto atacaron a balazos el ingreso de calle Mitre del Centro de Justicia Penal. Es la tercera vez que ocurre este tipo de hecho intimidatorio. En los anteriores, dos jefes de bandas narcos enfrentadas fueron imputados por la Fiscalía como los instigadores de los ataques.

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