Policiales

Cámara de Apelaciones

Bajan pena a uno de los condenados en el crimen del comerciante Brandán

Tres hombres fueron condenados en diciembre por un tribunal de primera instancia, dos de ellos apelaron la decisión. Son los dos acusados de transportar a los asaltantes que entraron al local y terminaron con la vida del comerciante. A uno de ellos le bajaron la condena de 24 años de cárcel a 20


Una de las banderas desplegadas para recordar a Mauricio en el transcurso del juicio oral de diciembre pasado. Foto gentileza: @betitonob

La Cámara Penal disminuyó en cuatro años la pena impuesta a uno de los condenados por el homicidio del comerciante Mauricio Brandán, ocurrido en barrio Belgrano en septiembre de 2015. La decisión benefició a Nahuel Ezequiel “Chichin” Villalba, uno de los hombres que manejaba la motocicleta en la que llegó el asaltante que disparó contra la víctima. A pesar de la baja en la sanción, Villalba deberá purgar 20 años de cárcel. A su vez, el tribunal de segunda instancia confirmó la condena impuesta a Jorge Alexis Mussin a 24 años de cárcel, otro de los penados que apeló la sentencia dictada en diciembre pasado. El tercero de los acusados en el juicio fue Nahuel Camargo, quien recibió 22 años de cárcel. Mientras que un cuarto participante, era menor de edad cuando se produjo el crimen, y fue encontrado responsable de participar en el hecho por la Justicia de Menores.

Mauricio Brandán, de 32 años, tenía con su hermano Cristian un local de venta de ropa por calle Provincias Unidas al 1500, se llamaba Beautiful People. El 26 de septiembre de 2015 era sábado, cerca de las 20 su hermano cruzó a comprar una gaseosa y al regresar encontró a Mauricio tendido en el suelo boca abajo. Cristian corrió para asistirlo, lo dio vuelta y vio que tenía un balazo en el pecho. Un proyectil calibre 32 le afecto los pulmones y el corazón cuando llegó la ambulancia, los médicos nada pudieron hacer por la víctima.

A los diez días del atraque fatal alguien tocó la puerta de la casa de los Brandán, era una persona de barrio Santa Lucía, quien fue a contarles lo que había escuchado. Les dio detalles de una charla donde dos hablaban sobre un comerciante que habían matado durante un robo. Dio detalles de nombres, descripciones físicas y la moto en la que circulaban. Si bien este testigo nunca declaró en la causa, la información se introdujo por la declaración de un hermano de la víctima y se concatenó con las declaraciones de vecinos que vieron fragmentos de la secuencia que ocurrió antes de entrada de los ladrones al local o a su salida.

Hubo escuchas, secuestros de teléfonos y hasta una filmación que se sumó a la prueba. Cuatro personas fueron detenidas, una de ellas menor de edad que fue juzgada en el fuero de menores. Los otros tres muchachos llegaron a juicio oral y público en diciembre pasado y el tribunal estuvo  presidido por los jueces Román Lanzón, Gustavo Pérez de Urrechu y Héctor Núñez Cartelle.

En el banquillo de los acusados estuvieron Jorge Alexis “Mochi” Mussin, de 24 años quien terminó con una pena a 24 años; lo señalaron como el tirador. Para la acusación fue el que entró con el menor a robar mientras Chichín Villalba, de 24, y Camargo, de 22, fueron los encargados de trasladarlos en moto, esperar el atraco y sacarlos del lugar. Para Camargo, los jueces le impusieron una pena a 22 años y para Chichín 24, igual que a Mussin.

La decisión fue apelada por todas las partes. La Fiscalía y la querella pidieron elevar las penas mientras que las defensas, lo contrario. El caso recayó en los camaristas por Daniel Acosta, Guillermo Chaudet y Alfredo Ivaldi Artacho, quienes evaluaron las pruebas del caso y revisaron la decisión del tribunal de juicio.

Explicaron que el testimonio del hermano de Mauricio se valoró con las correspondientes reservas por tratarse de un testigo de oídas. Evaluaron que la persona que se acercó a su casa a contar lo que había pasado lo hizo en momentos posteriores al hecho aunque no quiso brindar sus datos para ser testigo.

Es un caso similar a los “comentarios de vecinos”, explicaron los vocales y agregaron que no son una prueba autónoma pero ello no impide su valoración. La información transmitida por el familiar de la víctima expresamente dio cuenta que su interlocutor, quien escuchó a una persona decir que “‘había matado al gil” y celebraba; contaba que el que uso el arma era a la vez hijo de un policía que estaba jubilado y le brindó su nombre: Jorge Mussin.

Respecto a otro de los participantes, este testigo le dijo al allegado de Mauricio que era un tal Ojudo, Ojón o Pelado y le dio un nombre, Ezequiel P., a quien le faltaba poco para cumplir 18 años. La persona que habló con el hermano de Mauricio lo sindicó junto a Mussin como las dos personas que ingresaron al local. Su participación en el hecho se investigó en la Justicia de Menores. También le brindó datos de las personas que manejaron las motos que llegaron al lugar con los ladrones, en referencia a Camargo y Villalba.

Los camaristas explicaron en su análisis que esa información fue corroborada por “prueba de fuente diversa y plural”, ya que hubo otros testigos que observaron parcialmente la llegada o salida de las motos con sus ocupantes. En un caso describieron a uno de ellos correr con un arma en la mano hasta el motociclista que lo sacó del lugar. También hubo descripciones y ruedas de reconocimiento positivas. En uno de los casos, un testigo reconoció a Camargo como la persona que manejaba la moto roja y a Mussin como el portador del arma.

A esto sumaron que el reconocimiento se compadeció con las referencias que hicieron Camargo y el adolescente en una comunicación telefónica del Gordo Mushi, en referencia a Mussin donde dijeron que era un gil en relación a la portación de arma y que no sabía manejar un fierro. Datos que se lograron a través de escuchas al teléfono que usaba Camargo. En esas conversaciones se hizo referencia a Chichín Villalba como el involucrado en el hecho como conductor de una moto Crypton azul en la que aseguraron que le convenía “rajarse”. Esa moto azul era similar a la conducida por Villalba cuando lo detuvieron, explicó la resolución.

En cuanto al cuestionamiento al allanamiento realizado, los camaristas argumentaron que bajo ningún concepto se trató de una “operación de pesca”, ya que la escucha se verificó sobre un aparato móvil utilizado por los imputados, con antecedentes positivos en cuanto a la obtención de información relevante para la individualización de los autores.

Para el tribunal de Cámara todos estos indicios concatenados llevaron a confirmar la condena impuesta a Villalba. En cuanto a Camargo dijeron que el whatsapp recuperado entre este hombre y el menor involucrado en el hecho dio cuenta de que se referían a Mussín como un “gordo boludo” y comentaban que: “No era para que le dé un tiro”. Entendieron que el consentimiento dado al uso de armas en la realización de un robo permite en ciertos casos concluir que el eventual resultado, en el caso la muerte de una persona, era previsible y así reprochable a todos los que consintieron tal uso, refirieron a través de la cita de un antecedente jurisprudencial.

Dijeron que lo mismo ocurrió con Villalba pues condujo en la moto a uno de los autores del robo, lo transportó y luego del hecho lo recogió, cuando de la evidencia surge que el arma la llevaba Mussin, que fue a quién trasladó. “No importa el grado de participación que le cabe a cada uno cuando en ocasión de un robo se produce la crimen, ya que basta con la muerte para que quede involucrados todos los participantes del robo”, explicaron los magistrados.

Con esta evaluación de la prueba el tribunal compuesto por Acosta, Chaudet e Ivaldi Artacho confirmaron la condena impuesta a Nahuel Camargo y acogieron el planteo defensista respecto a Villalba donde refirieron que su cliente no participó en las conversaciones en tono jocoso vinculadas al crimen de Brandán, circunstancia que fue tomada en cuenta al momento de evaluar la pena a aplicar. El tribunal bajó 4 años la pena de prisión impuesta por lo que deberá purgar dos décadas de cárcel.

Caso Mauricio Brandán: condenan a trío a más de 20 años de prisión

Comentarios