Edición Impresa

Avanzan el canje pese a conspiraciones

Por: Guillermo Laborda

En 10 días se aguarda la presentación de dos prospectos para los bonistas que se presentarán en los Estados Unidos.
En 10 días se aguarda la presentación de dos prospectos para los bonistas que se presentarán en los Estados Unidos.

Por ahora, bancos y funcionarios del Ministerio de Economía estuvieron trabajando como si la crisis en el Banco Central no existiera. El jueves y el viernes, en reuniones reservadas en el 10° piso del Palacio de Hacienda, ejecutivos de los bancos Deutsche, Barclays y Citigroup, sus abogados y los del gobierno estuvieron reagendando, junto con Hernán Lorenzino (secretario de Finanzas) y Adrián Cosentino (subsecretario de Financiamiento), el cronograma de la operación en función de las novedades que llegaban desde Nueva York con la autorización de la oferta a bonistas. Ahora, en 10 días, se aguarda la presentación de los dos prospectos (uno para el canje y otro para la emisión de un bono por hasta u$s 1.000 millones) en EE.UU. ante la SEC, el organismo que supervisa mercados y en Luxemburgo. La oferta al mercado estará –caso Redrado u otras sorpresas mediante– en la primera semana de febrero.

 Preocupación

 En realidad, la preocupación principal tras la crisis por el control del BCRA pasa por el precio en los mercados del Discount, el papel que se les entregará a los bonistas en reemplazo de los viejos títulos en default. Su caída de precio empeora la oferta, así como antes, una suba, la mejoraba y sin ningún costo para el gobierno. A ello hay que sumarle el temor a que súbitamente Wall Street revierta su tendencia. Por ello el consejo de banqueros el viernes: «Apuren al máximo la operación».

Desde el Gobierno, paradójicamente, es de donde surgen las conspiraciones a la operación. Y no pasan sólo por la remoción de Redrado. En primer lugar, trascendió ayer que se está trabajando activamente en una reforma a la Carta Orgánica del BCRA. Al decir del senador y presidente del bloque kirchnerista Miguel Ángel Pichetto el 30 de diciembre, «el concepto de que el Banco Central es un altar sagrado es un absurdo y no existe más en este país». Una invitación del legislador a la compra de dólares. Néstor Kirchner, por si quedaba alguna duda, señaló en Página 12 el domingo pasado que «es una asignatura pendiente». La presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, ya presentó un proyecto. Amado Boudou canceló su viaje a Santa Teresita y anteayer en Olivos estuvo trabajando en esa iniciativa.

Pero hay otro elemento preocupante para inversores. Como forma de promover las ventajas del Fondo del Bicentenario, se habría hecho llegar un mensaje oficial a bancos: «Si no utilizamos las reservas del BCRA, habrá un bono especialmente diseñado para las entidades del sistema». Concretamente, es un título que apunta a captar la liquidez que tienen los bancos hoy depositada en las cuentas del BCRA. Otra invitación, pero para las cajas de seguridad. Lo que se vio en la plaza en las últimas jornadas fue la salida de títulos domésticos con rumbo a los de Venezuela. Es decir, manteniéndose todos dentro del «eje del mal».

Más allá de estos fantasmas sobre el canje, la propuesta final no está definida aún. Debe ser peor que la de 2005 (y no sólo es discurso político). Caso contrario, bonista que se presentó en ese año puede hacer reclamo. Hay dos maneras de hacerlo peor, y es a través de no reconocer pagos desde 2005 hasta ahora al Discount o al cupón del PBI. En el primer caso, obligaría a diseñar un nuevo título (o un Discount «residual»), algo que no agrada en el Ministerio de Economía. En el segundo caso, la alternativa –es lo más probable que ocurra– sería la de no reconocer pagos anteriores del cupón PBI. Se está estudiando de todas maneras incluir el reciente pago de diciembre de 2009. La decisión final será más política y también dependerá de otros factores, como la cotización de los Discount al momento de definir la oferta definitiva.

Así, el gobierno tiene 20 días, hasta que se lance la operación, para enterrar la crisis por el control del BCRA y no perjudicar al canje de la deuda. Es un buen margen, pero con los frentes que se abrieron en el Congreso y en la Justicia, no todo depende de Olivos. Habrá que orar, y no sólo mirando a Wall Street, para que la Argentina pueda salir del default total.

Comentarios