Ciudad

Lugar icónico

Avanza la puesta en valor del corazón de la facultad de Humanidades y Artes

Está en pleno desarrollo un proyecto de reforma integral del patio de esa casa de altos estudios de la Universidad Nacional de Rosario que incluye obras de infraestructura, paisajismo y dio lugar a trabajos de investigación arqueológica


La Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario lleva adelante un proyecto de restructuración integral del patio central de la institución.

Para el decano, Alejandro Vila, “el patio es el corazón de la facultad, un espacio donde se desarrolla la vida social, académica y política, por lo que esta restauración y puesta en valor es un hecho institucional fundamental”.  Vila considera que este patio es uno de los lugares icónicos de la ciudad, en el que tuvo lugar una parte importante de la historia universitaria, política y artística de  Rosario, no sólo para quienes cursaron las carreras de Humanidades, sino para muchos otros jóvenes que participaron de asambleas, reuniones, y fiestas.

Vila explica que las reformas del patio forma parte de un proyecto integral, en el que se contemplaban tres grandes etapas de obras, la construcción del nuevo edificio de calle Corrientes, la refuncionalización del área central de la Facultad, la puesta en valor del edificio histórico y por último las reformas en el patio.

Las obras contemplan la mejora de los desagües, el entubamiento de los cables, así como el diseño de una plaza, con espacios verdes y una explanada que permitirá la realización de actos, muestras artísticas y actividades académicas.

La arquitecta a cargo de la obra, Alisa Lein, detalla que el proyecto fue elaborado por la Coordinación de Infraestructura Universitaria, y que tiene un tiempo aproximado de 6 meses de duración, “aunque estos plazos se pueden ver modificados por los hallazgos del equipo de investigación arqueológico y los tiempos que le llevan las excavaciones”, señaló la arquitecta.

El proyecto apunta a la conservación de los árboles que están ubicados en el patio, así como el reemplazo de los faltantes, espacios con césped y caminos asfaltados, la instalación de un bicicletero, bancos y luminaria. Se va a retirar el mástil y construir una explanada: “se trata de recuperar un espacio que es neurálgico y que una vez terminadas las obras  va a ser mucho más funcional y agradable”,destaca Lein.

Proyecto Arqueológico 

El Departamento de Arqueología de la Facultad, que dirige Fernando Oliva, está analizando los restos de distintos materiales que se encontraron en las excavaciones.

“Encontramos muchos restos de hierro, vidrio, basura que a finales del XIX y principios del XX se utilizaba para emparejar terrenos, como material de construcción, lo que remite  a la época en que se edificó el colegio de la Unión de los Sagrados Corazones”, explica Mariana Algrain, una de las arqueólogas que está trabajando en el proyecto, “lo que no nos imaginábamos que iba a aparecer era restos de cerámicas indígenas pertenecientes al museo arqueológico, y una estructura, posiblemente una letrina, anterior al colegio”.

El museo arqueológico de la Facultad de Humanidades fue cerrado durante la última dictadura cívico-militar, y si bien algunas de sus piezas aún se conservan en el departamento de arqueología, existe el mito de que muchas de sus piezas fueron arrojadas por los militares desde las ventanas del museo.

“Los restos que se encontraron en el patio  son piezas muy pequeñas pero algunas contaban con número de registro, lo que nos hace pensar que pertenecían al museo. Aparentemente las obras de mayor envergadura fueron trasladadas a otro lado y unas pocas quedaron en la facultad” señala Algrain, quien destaca “es muy interesante pensar que encontramos material arqueológico indígena pero sacado de contexto y vuelto a poner en el registro arqueológico”.

Otra de las docentes del arqueología, Diana Tamburini, también señala otra coincidencia “las zarandas que utilizamos para recuperar la cerámica que encontramos en el patio formaban parte de las expediciones que se hicieron al Noreste Argentino, donde se encontraron las piezas originalmente y que formaban parte del museo”.

Sobre el otro hallazgo, una estructura de ladrillos que por sus características piensan que es una letrina del siglo XIX, las arqueólogas señalan que fue aún más inesperado y del cual no tenían ningún registro. “Creemos que la construcción que encontramos es anterior a la construcción del edificio que es 1903, porque son ladrillos muy grandes, por que en esa época ya había otras técnicas de construcción, los pozos eran distintos. Pensamos que esta estructura es parte de una letrina por el tratamiento de cal que tiene, que se usaba para aislar el agua”, manifiestan las investigadoras, quienes esperan poder ampliar la excavación y ver si pueden determinar la amplitud de la estructura.

Otra etapa de la investigación se realizará en el laboratorio, donde se analizarán los ladrillos para detectar su antigüedad y otras características particulares, ya que no pudieron hallar ningún indicio de archivo o material fotográfico previo a la construcción del colegio, que les permita develar el origen de la construcción. “Hicimos toda la investigación archivística y no pudimos encontrar nada, ni siquiera los planos originales del colegio”, destacaron.

El departamento de arqueología elevó al decanato la solicitud de que parte de la excavación se cubra con un vidrio blindado para que la antigua construcción quede a la vista.

“El  patio nos está hablando de muchas cosas diferentes:  momentos, épocas, acontecimientos, en cierta manera es la historia que se va superponiendo en las capas de patio”, resalta Mariana Algrain.

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