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Avanza la guerra contra la trata

Tres provincias y decenas de municipios hacen punta en cerrar los prostíbulos enmascarados como whiskerías y cabarets donde se facilita el comercio sexual, a menudo impuestos como forma de explotación y esclavitud de mujeres.


Desde 2009, tres provincias y decenas de municipios cerraron cientos de prostíbulos por propiciar la trata de mujeres, iniciativa que surgió en la pampeana ciudad de Santa Rosa, y que en Paraná, Entre Ríos, se cargó de valor simbólico al convertir una histórica “casa de citas” en el Consejo de las Mujeres.

La capital de La Pampa, con una ordenanza fechada el 28 de mayo de 2009, fue la pionera en cerrar los bares donde “el cuerpo de las mujeres, en tanto objeto sexual, mercancía, se explotaba en lugares eufemísticamente llamados cabarets o whiskerías”, recordó la periodista Mónica Molina.

Molina planteó su inquietud al Concejo Deliberante y luego, como subdirectora de Políticas de Género, logró el cierre “ya que el municipio estaba siendo cómplice de delitos, tanto de facilitar la prostitución como la trata”.

Molina concluyó su gestión el año pasado y llevó la experiencia a distintos lugares del país “que replicaron la decisión política asumida por el Estado comunal”.

Ése es el criterio que hizo que Blanca Osuna, intendenta de Paraná, decidiera cerrar este año los ocho prostíbulos de la ciudad que funcionaban bajo la denominación de “bares sin elaboración de comida”.

La intención fue “recuperar el rol regulador del Estado, aplicando políticas coherentes con los derechos humanos, acordes con la política del gobierno nacional y con la legislación vigente”, aseguró.

La funcionaria fue por más, ya que el 25 de junio inauguró el Consejo Municipal de las Mujeres en el edificio donde, durante más de cuarenta años, funcionó la Pensión 14, el prostíbulo más antiguo de Paraná.

La clausura de prostíbulos, según un relevamiento que no incluye todas las iniciativas desde que no hay un registro único, ya es ley en las provincias de Córdoba, Tucumán y Río Negro, y en los municipios bonaerenses de San Cayetano, La Falda, Mar del Plata, Tandil, Azul, Chacabuco y General Madariaga.

En Entre Ríos, a Paraná se sumaron las ciudades de Gualeguaychú y Larroque, y en Santa Fe las municipalidades de Rosario y Santa Fe.

En varias localidades santafesinas se está rechazando la habilitación de burdeles encubiertos como whiskerías y denominaciones similares, y los propietarios de locales que se cierran después de haberse constatado alguna infracción, inclusive por cuestiones edilicias o bromatológicas, son persuadidos para que no reabran.

También sucede en la capital de Corrientes y las localidades de Bella Vista, Paso de los Libres y Santo Tomé, en esa provincia.

En La Pampa, la medida abarca a su capital y a General Pico, Victorica, Jacinto Aráuz, Villa Nueva, General San Martín y Lonquimay.

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