País

Una ruta al conflicto

Autovía Punilla renovó polémica: bosques, familias, comunidades originarias y hasta Santi Maratea

El proyecto original data de 2018, pero ante las objeciones se hizo otro en 2020. La licencia socio ambiental está en el centro: desalojo de habitantes, sitios arqueológicos y zonas rojas de protección boscosa en riesgo, críticas a rector de la UNC. Obradores instalados y un influencer que agita


El gobierno de Córdoba, comandado por Juan Schiaretti, anunció el primer proyecto de la llamada Autovía del valle de  Punilla en 2018. El argumento: descomprimir la congestionada Ruta Nacional 38 con una nueva conexión entre el dique San Roque, en Carlos Paz, y La Cumbre. Iba a ser al este de la primera, pero ante numerosas objeciones en las audiencias públicas –entre ellas, que el 76% del trazado afectaba bosque nativo y que atravesaba áreas con minas de uranio no explotadas que suponían riesgos al removerlas–, el Ejecutivo presentó otro a fines de 2020, esta vez al oeste. La obra vial más cuestionada de la provincia mediterránea recalentó este año el conflicto, con la instalación de obradores, comienzo de trabajos, familias con aviso de expropiación y desalojo que se niegan a irse de sus viviendas, denuncias de destrucción de patrimonio ambiental y arqueológico y hasta la intervención del conocido Santi Maratea, activo protagonista en redes sociales con millones de seguidores.

La resonancia mediática de la mega obra, que comenzará a ejecutarse en el tramo entre la Variante Costa Azul (Villa Carlos Paz y San Roque) con Molinari, cerca de Cosquín, la renovó Maratea esta semana con su apoyo a Olga Benavídez, una vecina de la localidad de Bialet Massé que aparece en un video de resonante alcance en las redes sociales. La mujer vive desde hace 11 años en una de las casas que serán expropiadas para la construcción de la Autovía. El influencer se prendió y este martes pidió a sus seguidores que la apoyen. “A una señora le llegó una carta del Gobierno que tiene que desocupar la casa en 30 días”, posteó junto a un video.

Maratea a Schiaretti: “Así como si nada, el tipo”

 

Asambleas ciudadanas de diferentes puntos de Punilla llevan tiempo cuestionando la obra, diseñada por el consorcio público-privado Caminos de las Sierras, concesionaria de la Red de Accesos a Córdoba (RAC, nueve rutas nacionales y provinciales). Sin embargo, la mayor repercusión nacional de un conflicto que ya cumple cuatro años fue a través de Maratea.

“Mientras todos nosotros estamos viviendo la vida… hay un chabón que se llama Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, que se está cargando a todo un pueblo encima. Y te diría ecológicamente a todo un país. Cagándose en todas las leyes. Así como si nada el tipo”, arremetió el joven.

Y agregó, apoyado en su fama: “Che, Schiaretti, tus asesores te deben estar hablando en plan de: te nombró Santi Maratea, qué hacemos. Yo te recomiendo que lo que tenés que hacer, por lo menos, es no cargarte el 3% de bosque nativo que nos queda para hacer una autovía”.

“Alguien tiene que hacer algo… Olga me destruye, amigos. No puedo. Ese video, véanlo entero”, remató.

La concesionaria Caminos de las Sierras salió a responder sobre el conflicto mediatizado con Benavídez: “En el caso particular de la señora Olga Benavidez, la misma posee el usufructo del terreno donde tiene su casa, siendo los propietarios sus hijos, uno de los cuales está fallecido. Las gestiones extrajudiciales se iniciaron oportunamente con su nieta: Paola Soledad Galliano, y posteriormente, el personal del área expropiaciones avanzó en negociaciones con el abogado de la Sra Benavidez a fin de transmitirle tranquilidad ratificándole que se brindará solución a su situación”.

 

Mucho más que Olga y Santi

La Autovía cargó desde su anuncio con la resistencia de ambientalistas, vecinos y ámbitos académicos, que llevaron numerosos planteos a la Justicia. En octubre de 2018, el Gobierno de Córdoba debió dar marcha atrás con el proyecto inicial y cambiar la traza por la actual. Así, la reubicó hacia el oeste de la actual ruta 38. Pero los cuestionamientos siguieron, y obligaron a retrasar las obras que, ahora, sí, comenzarán pese a todo.

El mes pasado, un grupo de ambientalistas que realizaba un acampe en la zona donde se construye uno de los obradores denunció que fue desalojado por la Policía sin que existiera una orden de la Fiscalía.

La autovía de Punilla tiene un costo total de 100 millones de dólares. De ese monto, la ex Corporación Andina de Fomento (CAF, ahora Banco de Desarrollo de América Latina) financia 75 millones a 15 años, con dos de gracia. Se estima que durante el verano próximo, en el pico de la construcción, unos mil trabajadores estarán empleados en un esquema de 24 horas los siete días de la semana.

El apuro tiene su dimensión política partidaria. Ya se instalaron los obradores, porque la idea del Ejecutivo cordobés es inaugurar el trazado completo en mayo de 2023, año electoral clave para el singular oficialismo mediterráneo.

El primer tramo de ejecución, de 21,8 kilómetros, se concretará en los cuatro frentes de manera simultánea. Las contratistas adjudicadas para realizar esas obras son José Chediack, Benito Roggio (dos sectores) y Sacde. La segunda etapa aún no fue licitada.

Chediack, además, tendrá a su cargo la construcción del nuevo puente sobre el lago San Roque, de casi 600 metros de largo y cuatro vías. Esa obra requiere que el embalse tenga el mínimo de agua para facilitar el pilotaje. Desde Caminos de las Sierras explicaron que, tras varias modificaciones al proyecto original, los terraplenes serán mínimos y el lago “no parecerá interrumpido”.

 

Un rector en el medio

Hace 15 días, el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, protagonizó un exabrupto contra grupos ambientalistas que irrumpieron en una actividad organizada por la casa de estudios junto a la entidad eclesiástica “Scholas Ocurrentes” del Vaticano y el CAF. Precisamente, cuestionaban la presencia de este último, financista de la obra bajo la lupa, en un evento promocionado como de cuidado del medio ambiente y ejercicio de ciudadanía.

El rector los acusó entonces de ser “financiados por bancos de Suiza” y dinero nazi, y los interpeló con poco felices términos: “Si quieren bosques, que los planten en sus jardines”,

El repudio, dentro y fuera de la misma Universidad, arreció. Y en una entrevista para Radio Universidad de Córdoba, Juri reconoció que tuvo una desafortunada intervención.

 

 

sas

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