Bianca Ossola
En 1971, un grupo de mujeres viajó a México para jugar un Mundial de fútbol no oficial. Con camisetas de la Selección Argentina, las Pioneras comenzaron, sin saberlo, un camino que, con obstáculos, sería transitado por cientos de mujeres en Argentina. Jugar a la pelota no fue fácil para ellas. No recibieron ayuda para viajar a jugar, no tenían indumentaria, botines reglamentarios, técnico, médico ni kinesiólogo. Fueron rescatadas de la historia hace apenas unos años. Años que estuvieron marcados por la lucha de futbolistas para ser reconocidas como trabajadoras.
En 2017, la selección femenina hizo un paro por deudas en el pago de viáticos. En 2018 protagonizaron una protesta que se hizo viral durante la Copa América: imitaron el famoso Topo Gigio, en claro pedido de ser escuchadas. En 2019, Macarena Sánchez intimó a su club y a la AFA para que la reconozcan como jugadora con derechos laborales. Ese mismo año, la Selección Argentina clasificó luego de 12 años a un Mundial.
Este 2023, la preparación para este nuevo desafío, es distinta. Con la posibilidad de entrenar en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (Afa), los viajes para medirse con otras selecciones, la renovación del cuerpo técnico y la inclusión de jóvenes futbolistas a entrenar con las más grandes, la albiceleste se prepara para hacer historia.
La novena edición de la Copa del Mundo Femenina se realizará por primera vez en dos sedes y con 32 selecciones participantes. Australia y Nueva Zelanda fueron los países elegidos por la Fifa para recibir a la fiesta del fútbol. Es, además, la primera vez que se realiza esta competencia en Oceanía. A diferencia de lo que fue Francia 2019, en esta oportunidad son 32 selecciones las que competirán por el trofeo. En la edición anterior, fueron 24. El aumento de los equipos competidores no hace más que reafirmar lo que ya se sabe: el fútbol practicado por mujeres no para de crecer.
Además, en esta novena edición, por primera vez, la Fifa decidió que las 736 futbolistas reciban un premio económico de 30 mil dólares, sólo por participar en la fase de grupos. A medida que vayan avanzando de fase, el premio irá aumentando. La iniciativa es clave, ya que antes los premios iban dirigidos sólo a las Federaciones y Asociaciones, no a las futbolistas.
Los premios económicos, que llegan a un total de 152 millones de dólares, triplican el de la edición de Francia 2019 y es 10 veces más que en Canadá 2015. Inversión económica y decisión política, las claves para que el fútbol femenino crezca.
Más allá de las cuestiones técnicas del Mundial, que lo hacen histórico, tendrá condimentos interesantes para no perdérselo: la despedida de grandes futbolistas. Estefanía Banini, jugadora de la Selección Argentina, reciente campeona de la Copa de la Reina, jugará su último Mundial. La capitana del combinado nacional, referente de cientos de niñas que sueñan con jugar a la pelota, tendrá su último baile.
También lo tendrá la mejor jugadora de fútbol del mundo: la brasileña Marta Vieira Da Silva. Marta, seis veces ganadora del premio a la mejor jugadora del año, tiene el récord de más goles en la Copa del Mundo, ya sea masculina o femenina, con 17 tantos y en Australia/Nueva Zelanda jugará su sexta Copa del Mundo.
La invitación está hecha. La necesidad de difusión y acompañamiento a esta Selección, fue pedida por las propias futbolistas. Es momento de bancar los trapos y hacer historia.
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