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¿Aún queda algo de vida en Marte?

Creen que agua y rocas de la profundidad del mar, similares al planeta rojo, pueden sostener vida.

Antiguos depósitos de agua, que permanecieron aislados bajo tierra durante miles de millones de años, contienen abundantes sustancias químicas conocidas para sustentar la vida y, además, presentan una similitud entre las rocas que la atrapan y las de Marte, lo que aumenta la esperanza de que agua similar, enterrada bajo la superficie del planeta rojo, pueda albergar vida.

Este agua, descubierta por un equipo formado por científicos del Reino Unido y Canadá, podría ser la más antigua del planeta e incluso contener vida.

Los resultados, publicados en la revista Nature, llevan a repensar qué partes de nuestro planeta son aptos para la vida y revelar pistas sobre cómo los microbios evolucionan de forma aislada.

“Nuestros colegas canadienses están tratando de averiguar si el agua contiene vida en este momento. Lo que sí podemos estar seguros es que identificamos una forma en que los planetas pueden crear y mantener un entorno favorable para la vida microbiana durante miles de millones de años”, subraya Greg Holland, de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y autor principal del estudio.

En este sentido, Chris Ballentine, profesor en la Escuela de la Tierra, Ciencias Atmosféricas y Ambientales de la Universidad de Manchester (Reino Unido), añade: “Si bien las preguntas sobre la vida en Marte planteadas por nuestro trabajo son increíblemente emocionantes, las técnicas innovadoras que desarrollamos en Manchester hasta la fecha para aguas antiguas también proporcionan una forma de calcular cómo se produce el gas metano rápidamente en sistemas de rocas antiguas a nivel mundial. Las mismas nuevas técnicas se pueden aplicar para caracterizar la edad en el fondo de las aguas subterráneas que puede ser un lugar seguro para inyectar dióxido de carbono”.

Investigadores de las universidades de Manchester, Lancaster, Toronto y McMaster (Canadá), analizaron el agua que salía de los pozos de una mina a 2,4 kilómetros por debajo de Ontario, Canadá, y encontraron que es rica en gases disueltos como formas de hidrógeno, metano y diferentes isótopos de gases nobles tales como helio, neón, argón y xenón.

De hecho, hay más hidrógeno en el agua que alrededor de los respiraderos hidrotermales en las profundidades del océano, muchos de los cuales están repletos de vida microscópica. El hidrógeno y el metano provienen de la interacción entre la roca y el agua, así como de los elementos radiactivos naturales en la roca que reaccionan con el agua, y estos gases pueden proporcionar energía para que los microbios puedan no ser expuestos al sol durante miles de millones de años.

Las rocas cristalinas que rodean el agua se cree que tienen alrededor de 2.700 millones años de edad, pero nadie pensó que el agua podría tener la misma edad, hasta ahora. Mediante el uso de técnicas innovadoras desarrolladas en la Universidad de Manchester, los investigadores muestran que el fluido tiene al menos 1.500 millones de años, pero podría ser significativamente mayor.

“Nuestro hallazgo es de gran interés para los investigadores que desean comprender cómo los microbios evolucionan de forma aislada y es el centro de toda la cuestión del origen de la vida, la sostenibilidad de la vida y la vida en ambientes extremos y en otros planetas”, afirmó el profesor Balletine, según despacho de Europa Press. Antes de este descubrimiento, la única agua de esta edad que fue encontrada atrapada en pequeñas burbujas en la roca era incapaz de sostener la vida. Sin embargo, el agua que se encuentra en la mina canadiense se vierte desde la roca a una velocidad de cerca de dos litros por minuto y tiene características similares a las del agua mucho más joven.

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